Siria ISIS vuelve a colocarse en el centro del tablero geopolítico de Medio Oriente. Tras una serie de ataques terroristas que dejaron tres ciudadanos estadounidenses muertos en la provincia de Palmira, el gobierno sirio lanzó un mensaje inesperado pero contundente: coordinar acciones con Estados Unidos y la coalición internacional para combatir de manera conjunta al Estado Islámico.
El anuncio, difundido por el Ministerio de Exteriores sirio a través de la agencia estatal SANA, marca un punto de inflexión en una relación históricamente marcada por la desconfianza. Damasco reiteró su compromiso de erradicar a ISIS de su territorio y subrayó que la cooperación internacional es clave para proteger a la población civil y restaurar la estabilidad regional.
Siria refuerza su ofensiva contra ISIS
En su comunicado oficial, las autoridades sirias afirmaron que intensificarán las operaciones militares contra cualquier célula activa del Estado Islámico. El mensaje fue claro: Siria ISIS sigue siendo una amenaza real y persistente, capaz de aprovechar vacíos de seguridad y tensiones políticas para reorganizarse.
Damasco extendió una invitación explícita a Estados Unidos y a los países de la coalición internacional para unir esfuerzos en una lucha que, según el gobierno sirio, no puede ganarse de manera aislada. La prioridad, insistieron, es salvaguardar a los civiles y evitar que el grupo yihadista recupere capacidad operativa.
Siria ISIS: La respuesta de Estados Unidos tras el ataque en Palmira
La ofensiva estadounidense que precipitó este llamado se produjo tras un ataque ocurrido el 13 de diciembre en Palmira. Un presunto miembro de las fuerzas de seguridad sirias abrió fuego contra un convoy conjunto durante una reunión con líderes locales, provocando la muerte de dos militares estadounidenses y un intérprete civil.
Como represalia, el Pentágono y el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) ejecutaron la “Operación Ataque Ojo de Halcón”, que incluyó aviones de combate, helicópteros de ataque y artillería pesada. Más de 70 objetivos vinculados a ISIS —infraestructura, escondites y depósitos de armas— fueron destruidos utilizando munición de precisión.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó que la operación buscó eliminar tanto a combatientes como a la logística del grupo terrorista. Para Washington, el mensaje fue inequívoco: cualquier ataque contra sus fuerzas será respondido con contundencia.
El papel clave de las Fuerzas Democráticas Sirias
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), principal aliado de Estados Unidos en el noreste del país, celebraron los ataques y destacaron la importancia del apoyo aéreo continuo. Según las fuerzas kurdas, la cooperación y el intercambio de inteligencia han sido decisivos para evitar la reagrupación de combatientes yihadistas.
Las FDS insistieron en que la amenaza de Siria ISIS no desaparecerá sin una presión militar sostenida y una coordinación constante entre actores locales e internacionales.
Tensiones, advertencias y cooperación limitada
El portavoz del Ministerio del Interior sirio, Noureddine el-Baba, afirmó que Damasco había advertido previamente a la coalición internacional sobre el riesgo de un ataque en Palmira, aunque fuentes estadounidenses no confirmaron haber recibido dichas alertas. El agresor fue abatido en el lugar, pero se investiga si mantenía vínculos directos con ISIS o solo simpatizaba con su ideología.
Este episodio expone la complejidad de la relación entre Siria y Estados Unidos: cooperación táctica frente al terrorismo, pero profundas tensiones políticas que dificultan una alianza plena.
¿Por qué la coordinación es clave contra ISIS?
A pesar de la derrota territorial del Estado Islámico, su capacidad de adaptación sigue siendo una amenaza. La presencia militar estadounidense en el noreste de Siria y el apoyo a las fuerzas kurdas buscan evitar un resurgimiento del grupo, especialmente en zonas desérticas como Palmira.
Expertos y actores locales coinciden en que solo una colaboración internacional sostenida puede impedir que ISIS vuelva a consolidarse. El llamado de Damasco abre una ventana —limitada pero significativa— para redefinir la lucha antiterrorista en la región.
El escenario de Siria ISIS refleja una realidad incómoda: la amenaza yihadista persiste y obliga a enemigos históricos a considerar la cooperación. El llamado de Damasco a Estados Unidos no solo responde a una crisis puntual, sino a la urgencia de evitar que el terrorismo vuelva a desestabilizar Siria y a toda la región. El desafío ahora es transformar la confrontación en una estrategia común que priorice la seguridad y la estabilidad a largo plazo.
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