El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha enmarcado su acuerdo con la OTAN como una defensa directa del «estado de bienestar» español. La decisión de no adherirse al objetivo del 5% del PIB en defensa, argumenta, evita un recorte masivo en servicios sociales y protege el bolsillo de los ciudadanos.
En una comparecencia cargada de significado político, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha traducido un complejo acuerdo de defensa internacional a un mensaje directo para los ciudadanos españoles: la protección del estado de bienestar. Su Gobierno ha conseguido un pacto con la OTAN que evita que España se vea obligada a destinar el 5% de su PIB a gasto militar, una cifra que habría supuesto decenas de miles de millones de euros adicionales y que, según Sánchez, habría ido en detrimento de los servicios públicos.
La negociación se convierte así en una bandera política del Ejecutivo, que la presenta como una victoria de la soberanía nacional y del modelo social español frente a las presiones externas.
El Argumento Central: «Incompatible con Nuestro Estado de Bienestar»
La piedra angular de la postura española durante toda la negociación ha sido un argumento de política interna. Pedro Sánchez insistió en que un aumento del gasto militar hasta el 5% del PIB era, simple y llanamente, «incompatible con nuestro estado de bienestar».
En su comunicación tanto a la OTAN como a la opinión pública, el presidente ha defendido que tal compromiso habría obligado a tomar una de dos decisiones drásticas:
* Un recorte masivo en áreas como la sanidad, la educación o las pensiones.
* Una subida generalizada de impuestos que afectaría principalmente a las clases medias.
Al lograr la «flexibilidad» para fijar su propio objetivo en un 2,1% del PIB, el Gobierno sostiene que ha protegido a los españoles de estos sacrificios. Este 2,1%, según Moncloa, es la cifra que las propias Fuerzas Armadas estiman necesaria para cumplir con todas las capacidades que la Alianza solicita a España.
Una Victoria con Múltiples Lecturas
La maniobra de Sánchez se produce en un contexto político nacional de alta tensión, marcado por la presión de la oposición y los escándalos de corrupción que han afectado a su entorno. Por ello, este acuerdo con la OTAN es presentado no solo como un éxito diplomático, sino como un logro con un claro beneficiario: el ciudadano de a pie.
«Como país soberano, elegimos no hacer esos sacrificios.» – Pedro Sánchez, sobre el aumento al 5% del PIB.
El presidente ha conseguido transformar un debate abstracto sobre presupuestos de defensa en una narrativa política muy potente y tangible. El mensaje es claro: ante la disyuntiva de elegir entre las demandas de aliados internacionales como Estados Unidos y las necesidades de la sociedad española, el Gobierno ha optado por las segundas.
Esta estrategia de comunicación busca conectar directamente con las preocupaciones cotidianas de la gente, reforzando la imagen de un presidente que defiende los intereses nacionales y el modelo social del país, una táctica especialmente eficaz en un momento de gran polarización y desgaste político.


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