El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, sorprendió con una crítica contundente: la estrategia de seguridad “abrazos, no balazos” fue un fracaso. Este mensaje, entregado en una conferencia de prensa, marca un momento de tensión en la relación México-EE.UU.
Salazar señaló que los altos índices de violencia no son responsabilidad de su país y cuestionó directamente la narrativa de culpar a Estados Unidos. Pero más allá de las palabras, su declaración refleja una molestia acumulada y, tal vez, un distanciamiento entre ambas administraciones.
¿Por qué ahora? El timing detrás de las declaraciones
El momento elegido para estas críticas no es casual. Apenas seis semanas después de que Claudia Sheinbaum asumiera la presidencia de México y en plena transición política en Estados Unidos, la relación bilateral parece haber perdido fluidez.
Las elecciones en ambos países dejaron en pausa las conversaciones, pero la llegada de un nuevo presidente estadounidense, sumada al retorno de Donald Trump, promete redibujar las dinámicas de poder. La falta de claridad en los canales de comunicación, junto con una “ventanilla única” encabezada por el canciller Juan Ramón de la Fuente, han creado un vacío que Salazar parece estar aprovechando para expresar sus frustraciones.
¿Qué significa esto para Sheinbaum?
Para la presidenta Claudia Sheinbaum, estas críticas son más que un simple desencuentro diplomático. Representan una advertencia sobre la postura que Estados Unidos podría adoptar bajo el liderazgo de Trump y su equipo, especialmente con figuras como Marco Rubio, conocido por su línea dura contra México.
Sheinbaum tiene que demostrar que puede desmarcarse de la estrategia de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, sin traicionar a su base política. Pero la presión no solo viene de fuera: dentro de su propio gobierno, las tensiones por el liderazgo y la falta de claridad en la política exterior agravan la situación.
Trump, Rubio y la tormenta que se avecina
El regreso de Donald Trump y la posible llegada de Marco Rubio como secretario de Estado plantean un panorama aún más complicado. Las críticas actuales de Salazar podrían parecer moderadas en comparación con lo que está por venir.
Entre los principales puntos de conflicto están:
- La estrategia de seguridad: Trump ha expresado su intención de tomar medidas más agresivas contra los cárteles mexicanos.
- El T-MEC: Las reformas judiciales y políticas de México podrían convertirse en un punto de presión en la revisión del tratado.
- Migración y fentanilo: Ambos temas seguirán siendo prioritarios para la agenda de Trump y Rubio, con México en el centro de las discusiones.
¿Qué sigue? Prepararse para el “bully del norte”
En lugar de enfocarse en “extrañamientos diplomáticos” hacia Salazar, el gobierno de Sheinbaum necesita fortalecer sus estrategias de negociación y comunicación con Estados Unidos.
La lección que deja este episodio es clara: las críticas no desaparecerán, y los retos en la relación bilateral solo aumentarán. La presidenta deberá demostrar liderazgo y adaptabilidad para evitar que estas tensiones perjudiquen aún más la estabilidad de México.
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