El papa es mucho más que el líder de la Iglesia católica: es una figura con influencia global en ámbitos espirituales, diplomáticos y políticos. Elegido por el Colegio de Cardenales, su principal misión es ser el sucesor de San Pedro y pastor universal de más de 1,300 millones de católicos en todo el mundo.
Entre sus funciones clave está la de guiar la doctrina de la fe, promover la unidad entre los creyentes y tomar decisiones teológicas que marcan el rumbo de la Iglesia. Además, tiene la potestad de nombrar obispos y cardenales, convocar sínodos y canonizar santos.
Como jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, también lidera la política interna y externa del país más pequeño del mundo, con un cuerpo diplomático activo y relaciones con más de 180 naciones. Su rol incluye la mediación en conflictos internacionales, la defensa de los derechos humanos y la promoción del diálogo interreligioso.
El papa es, en resumen, una autoridad moral de alcance global, cuyas palabras y acciones tienen impacto tanto dentro como fuera de la Iglesia.


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