La historia parece repetirse, pero con matices modernos. El presidente ruso Vladimir Putin anunció un alto al fuego de tres días, del 8 al 10 de mayo, en plena guerra con Ucrania. El motivo: honrar el 80 aniversario de la victoria de la Unión Soviética y sus aliados sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
En medio de los ecos de una guerra que ha conmocionado al mundo, Rusia detendrá sus operaciones militares por 72 horas. La pregunta que muchos se hacen es: ¿será esta tregua respetada?
Putin busca proyectar interés por la paz
El Kremlin, en su comunicado, fue claro: “Todas las acciones militares quedan suspendidas durante este periodo. Rusia cree que la parte ucraniana debería seguir este ejemplo”. Sin embargo, también lanzó una advertencia: cualquier violación será respondida de forma “adecuada y eficaz”.
La jugada de Putin parece dirigida no solo hacia Ucrania, sino también a Washington y a la comunidad internacional. En un contexto donde Estados Unidos, con Donald Trump a la cabeza, ha endurecido su discurso, este alto al fuego busca dar la imagen de un Kremlin aún interesado en la paz.
Ucrania y aliados europeos desconfían
Desde Kiev no ha habido una respuesta inmediata. Y no es para menos. La experiencia previa dejó cicatrices: durante el alto al fuego de Pascua, de apenas 30 horas, ambas partes se acusaron de múltiples violaciones.
Los aliados europeos de Ucrania tampoco se muestran optimistas. Para ellos, estas treguas no son más que maniobras políticas, cortinas de humo que Rusia utiliza para ganar tiempo o desviar la atención internacional de sus acciones militares.
La desconfianza es tal que incluso se han intensificado las amenazas de Washington: si no hay avances reales, Estados Unidos podría replantearse su participación en los esfuerzos de paz.
Un aniversario cargado de simbolismo
La elección de las fechas no es casual. El 9 de mayo es una fecha sagrada en la memoria colectiva rusa: el Día de la Victoria. Tradicionalmente, Rusia celebra con grandes desfiles militares y discursos nacionalistas que refuerzan su identidad histórica.
Para Putin, proyectar respeto a esa memoria, incluso en medio de un conflicto abierto, tiene un peso simbólico inmenso. Es también una oportunidad para reforzar su narrativa interna: la de un país que sigue luchando contra amenazas externas como antaño.
¿Una tregua real o un movimiento estratégico?
Este alto al fuego de tres días será una nueva prueba para la diplomacia internacional. ¿Será simplemente una pausa táctica de Rusia, o abrirá la puerta a un diálogo más profundo?
En un escenario donde las tensiones no dejan de escalar, cada gesto cuenta, aunque pocos en Occidente crean en su autenticidad.
Mientras tanto, el mundo observa con cautela, sabiendo que en la guerra, hasta las treguas pueden ser utilizadas como armas estratégicas.
Síguenos en nuestro perfil de X La Verdad Noticias y mantente al tanto de las noticias más importantes del día.


TE PODRÍA INTERESAR