En la discusión actual sobre el crimen organizado y las llamadas a considerar a los cárteles mexicanos como terroristas, el debate sobre el intervencionismo y la soberanía ha cobrado fuerza. Pero este dilema no es nuevo; a lo largo de la historia, héroes de la Independencia, liberales del siglo XIX y líderes revolucionarios del siglo XX han buscado apoyo de Estados Unidos para enfrentar crisis internas.
La independencia: un llamado a las armas de EE.UU.
Durante la lucha de Independencia, México no era ajeno a la necesidad de ayuda externa. Líderes insurgentes como Ignacio Aldama, enviado por Hidalgo y Allende, intentaron conseguir apoyo en Estados Unidos, aunque sin éxito.
Más tarde, Manuel Herrera fue comisionado para entablar relaciones diplomáticas y obtener recursos bélicos en Norteamérica. Incluso, Morelos llegó a proponer ceder el territorio de Texas a cambio de ayuda militar.
“Esta necesidad de armas fue el origen del contacto con Estados Unidos”, explicó Lucas Alamán, historiador clave de la época, quien ilustró la vulnerabilidad de los insurgentes.
El caso más significativo fue el nombramiento del comodoro estadounidense Aury como gobernador de Texas, quien lideró una expedición que apoyaría a Javier Mina, otro ferviente luchador por la independencia.
Los liberales del siglo XIX y su coqueteo con el intervencionismo
Durante la guerra de 1846 entre México y Estados Unidos, la idea de colaboración con el vecino del norte se extendió a varios sectores liberales que veían en la democracia estadounidense un modelo a seguir. Algunos incluso consideraban la anexión de México a Estados Unidos como una solución definitiva.
En 1859, Benito Juárez, entonces presidente de la República, firmó el Tratado McLane-Ocampo, permitiendo el libre paso de tropas estadounidenses por México, aunque el acuerdo nunca fue ratificado. Este tratado fue un recurso táctico, y Juárez solicitó la intervención naval estadounidense para impedir que sus enemigos conservadores obtuvieran apoyo extranjero.
Con la ayuda de Estados Unidos, Juárez logró consolidarse como líder y aseguró la victoria liberal, un capítulo que evidencia las alianzas pragmáticas de México en tiempos de crisis.
La revolución: cuando Madero y Carranza se acercaron a EE.UU.
En el siglo XX, el llamado a la intervención norteamericana continuó durante la Revolución Mexicana. Tras su elección fallida en 1910, Francisco I. Madero obtuvo refugio en Estados Unidos, desde donde planeó su regreso a México. Luego, durante el golpe de Estado de Victoriano Huerta, el presidente estadounidense Woodrow Wilson impuso un bloqueo en Veracruz, impidiendo que Huerta recibiera suministros de armas, lo que ayudó a debilitar su régimen.
Más adelante, Venustiano Carranza también se benefició del respaldo estadounidense para superar a sus rivales revolucionarios y afianzarse en el poder, una táctica que reveló el pragmatismo revolucionario en momentos críticos.
¿Patriotas o traidores? Reflexiones para el presente
Hoy, ante la solicitud de una intervención conjunta entre México y Estados Unidos para enfrentar al crimen organizado, resurge una antigua disyuntiva. ¿Es esta una acción necesaria, o una muestra de traición? La respuesta depende del contexto, pero la historia demuestra que figuras clave de nuestra historia nacional recurrieron a alianzas pragmáticas con Estados Unidos para enfrentar enemigos que amenazaban la soberanía.
Los llamados de las fuerzas actuales para que el crimen organizado sea tratado como una amenaza binacional y combatido en conjunto con Estados Unidos, lejos de ser inéditos, encuentran respaldo en estas decisiones históricas de nuestros líderes.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR