En 2016, cuando Donald Trump anunció su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, muchos analistas lo consideraron un “capricho” sin serias posibilidades de éxito. Sin embargo, su discurso directo y proteccionista capturó la atención de millones y lo llevó a la Casa Blanca. Tras un primer mandato caracterizado por una postura dura hacia México y una administración centrada en “hacer a América grande otra vez,” Trump volvió al escenario político en 2024, y su retorno plantea una serie de incógnitas y desafíos para la relación bilateral, ahora con Claudia Sheinbaum al frente de México.
La primera presidencia de Trump y sus lecciones para México
Un muro inacabado y el impacto simbólico de sus políticas
Durante su primer mandato, Trump lanzó múltiples promesas: un muro de 3,000 km en la frontera y una postura intransigente hacia los migrantes. Aunque gran parte de su retórica no se tradujo en acciones reales, su administración afectó profundamente la percepción de México en el contexto estadounidense y generó un clima de incertidumbre. Los efectos de sus decisiones en temas como la deportación masiva, los aranceles y el comercio, aunque limitados en su alcance, demostraron que Trump estaba dispuesto a usar a México como “piñata política” para su base electoral.
AMLO y la política de no confrontación
Durante el mandato de Trump, el presidente Andrés Manuel López Obrador adoptó una política de no confrontación para evitar choques directos con la administración estadounidense. A pesar de la retórica de campaña de Trump, México mantuvo un enfoque diplomático que ayudó a moderar algunas de las acciones más extremas de su política migratoria y comercial. Sin embargo, ahora que Trump regresa al poder, se abre una nueva etapa en la que el gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, deberá enfrentar a una administración estadounidense que probablemente retome sus políticas proteccionistas y su discurso duro.
La agenda de Trump: migración, comercio y diplomacia agresiva
Migración: el gran tema pendiente
Trump ha prometido implementar un plan de deportación masiva en su primer día de regreso a la presidencia, apuntando a deportar a 11 millones de inmigrantes, incluyendo 5 millones de mexicanos. Aunque es poco probable que estas cifras sean reales, el mensaje es claro: la migración sigue siendo un tema central de su agenda. Bajo esta premisa, México deberá preparar estrategias para enfrentar las consecuencias de posibles redadas, deportaciones y una política de migración cada vez más restrictiva.
El TMEC y el comercio bajo amenaza
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) fue renegociado durante el primer mandato de Trump, y aunque él mismo supervisó el acuerdo, ha dejado en claro que está dispuesto a revisarlo de nuevo, alegando que necesita favorecer aún más a los Estados Unidos. México, en este sentido, deberá prepararse para una relación comercial que podría estar bajo constante presión, mientras Trump busca imponer aranceles elevados y promover una política proteccionista que ponga en desventaja a sus socios comerciales.
Radicalización del movimiento MAGA
La base política de Trump, representada por el movimiento “Make America Great Again” (MAGA), se ha radicalizado con el tiempo, y su regreso al poder implica una administración más polarizada y propensa a usar el discurso de odio como herramienta política. En este contexto, los migrantes y la relación con México podrían convertirse en puntos de conflicto, y el gobierno de Claudia Sheinbaum deberá mantener la prudencia ante provocaciones que buscan tensionar la relación bilateral.
La estrategia de México: calma y pasos concretos
Un enfoque técnico y estratégico
Con Trump de vuelta en la Casa Blanca, el gobierno mexicano enfrenta una encrucijada. En lugar de caer en la retórica estridente, la administración de Claudia Sheinbaum podría optar por un enfoque técnico y estratégico. Cada tema de la agenda, desde la migración hasta el comercio, deberá abordarse de manera puntual y con un enfoque claro para evitar que la relación se vea debilitada. Mantener el diálogo en un marco técnico permitirá a México conservar su autonomía y defender sus intereses en momentos de tensión.
Evitar la confrontación y priorizar la diplomacia
Sheinbaum, como primera mujer presidenta de México, tiene el reto de gestionar una relación diplomática compleja. La estrategia de no confrontación de AMLO podría inspirar a su administración a priorizar el diálogo constructivo en lugar de responder a las provocaciones. Además, trabajar en acuerdos específicos y mantener una postura firme, pero diplomática, ayudará a México a sostener una relación bilateral estable, evitando que los temas de interés mutuo se conviertan en conflictos mayores.
Lo que México debe anticipar ante el regreso de Trump
Un marco para la seguridad y la estabilidad económica
La estabilidad de la región y la seguridad de los migrantes serán temas centrales en los próximos años. La administración mexicana deberá implementar políticas que protejan los derechos de los migrantes y anticipar un entorno de mayor vigilancia en la frontera. En el ámbito económico, será clave diversificar los mercados y fortalecer las relaciones comerciales con otros países, lo que permitirá reducir la dependencia de Estados Unidos en un contexto incierto.
Prepararse para una retórica más extrema
El regreso de Trump viene acompañado de una retórica de odio y polarización que afecta tanto a la comunidad mexicana en Estados Unidos como a la imagen de México en el extranjero. La respuesta de México no solo deberá ser cauta, sino que también deberá transmitir un mensaje de unidad y defensa de los derechos humanos, recordando que la paz y la estabilidad de ambos países están interconectadas.
Un nuevo capítulo en la relación México-EE.UU.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un nuevo capítulo en la relación bilateral entre México y su vecino del norte. Con Claudia Sheinbaum como presidenta, México se enfrenta a desafíos sin precedentes, desde la presión en temas migratorios hasta la amenaza de medidas proteccionistas en el comercio. En un contexto de radicalización y discursos de odio, la administración mexicana deberá actuar con firmeza, pero también con prudencia, para mantener la estabilidad y defender los intereses del país.
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