En medio de un fin de semana marcado por la esperanza y la tensión, miles de manifestantes salieron a las calles de Londres, Milán, Turín y Oslo para mostrar su apoyo a Palestina y rechazar la violencia en Gaza. Aunque el alto el fuego promovido por el plan de paz del presidente estadounidense Donald Trump entró en vigor el viernes, para muchos activistas este acuerdo es apenas un respiro temporal que no resuelve el fondo del conflicto.
En Londres, los manifestantes se concentraron en el Embarcadero de Victoria, ondeando banderas palestinas y portando pancartas con mensajes como “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre” y “No es delito actuar contra el genocidio”.
El ambiente fue intenso, pero también lleno de determinación. Según la Campaña de Solidaridad con Palestina, esta fue la 32ª manifestación nacional desde octubre de 2023, muestra de que la causa palestina sigue movilizando corazones en toda Europa.
En Londres, la indignación se mezcla con esperanza
Ben Jamal, director de la Campaña, afirmó que el alto el fuego “no es un plan para una paz duradera” porque no aborda las causas profundas del conflicto: la ocupación, el apartheid y la falta de autodeterminación.
Durante la protesta, se registraron momentos de tensión entre grupos opositores, aunque la Policía Metropolitana intervino rápidamente. En paralelo, 16 jóvenes del colectivo Youth Demand fueron arrestados tras bloquear el Puente de la Torre en señal de protesta. “Nos plantamos frente al genocidio de Gaza”, escribieron en X (antes Twitter), acompañando su mensaje con imágenes de los arrestos.
El gobierno británico, encabezado por Keir Starmer, ha endurecido las normas sobre protestas, lo que ha generado críticas de organizaciones civiles que acusan al primer ministro de reprimir la libertad de expresión bajo el argumento de la seguridad nacional.
Italia también levanta la voz por Palestina
En Italia, ciudades como Milán, Bolonia y Turín vivieron marchas multitudinarias bajo el lema “Palestina libre desde el río hasta el mar”. Las manifestaciones contaron con una amplia participación estudiantil y sindical.
En Milán, un orador lanzó una pregunta que resonó entre los presentes:
“¿Por qué me piden condenar el 7 de octubre, pero no los años de ocupación y bloqueo?”.
La multitud respondió con aplausos, reflejando el sentimiento de frustración ante una paz que muchos consideran incompleta.
En Bolonia, los activistas recordaron las flotillas humanitarias interceptadas por Israel, mientras que en Turín, los organizadores calificaron el alto el fuego como “una victoria simbólica de la resistencia palestina”, aunque reconocieron las contradicciones del proceso.
Oslo convierte el deporte en escenario de protesta
En Noruega, cerca de mil manifestantes aprovecharon un partido entre las selecciones de Noruega e Israel para expresar su apoyo a Gaza. Durante el himno israelí, los aficionados desplegaron una enorme bandera palestina y un manifestante interrumpió el juego con una camiseta que decía “Free Gaza”.
El gesto provocó una ola de aplausos y reforzó la idea de que la solidaridad con Palestina trasciende las calles y se infiltra incluso en los escenarios más inesperados.
Una lucha que cruza fronteras
Desde Londres hasta Oslo, las manifestaciones de este fin de semana evidencian una verdad compartida: el alto el fuego no basta. Los manifestantes piden justicia, reconocimiento y un fin definitivo al bloqueo sobre Gaza.
La ola de protestas refleja un sentimiento global: el deseo de una paz real que no se base en acuerdos políticos temporales, sino en dignidad, igualdad y libertad para todos los pueblos.


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