Brasil despertó con una noticia que volvió a sacudir su panorama político: Jair Bolsonaro fue trasladado de urgencia al hospital tras sufrir una crisis de salud mientras permanecía en arresto domiciliario.
Su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, detalló en la red social X que el exmandatario presentó “un cuadro severo de hipo, vómitos y presión baja”, lo que describió como una situación de “emergencia”.
Los mensajes se viralizaron rápidamente, generando preocupación entre simpatizantes y detractores del expresidente.
Un historial médico marcado por el atentado de 2018
La salud de Bolsonaro ha sido motivo de alarma desde que sufrió un ataque con cuchillo durante la campaña electoral de 2018. Aquella puñalada le dejó secuelas en el abdomen y lo llevó a múltiples intervenciones quirúrgicas.
En los últimos meses, médicos reportaron que se encontraba “bastante débil” y con anemia leve, posiblemente causada por malnutrición. Apenas el domingo pasado, le extrajeron ocho lesiones cutáneas para biopsia, en un cuadro que confirmaba su fragilidad física.
La condena política que lo rodea
La crisis médica llega en un contexto político adverso. Bolsonaro fue condenado recientemente a 27 años de prisión por intentar un golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones de 2022.
Aunque sus abogados apelaron la sentencia, el exmandatario cumple arresto domiciliario bajo estricta vigilancia. Su defensa ha intentado justificar algunas de sus ausencias judiciales con sus problemas de salud recurrentes.
Multa por declaraciones racistas
El mismo día de su hospitalización, el Tribunal Regional Federal de Brasil lo condenó a pagar 1 millón de reales (159,000 euros) por daño moral colectivo, tras comentarios racistas emitidos en 2021.
El juez Rogério Fraveto calificó esas expresiones como “racismo recreativo”, aludiendo a su intento de encubrir el carácter discriminatorio bajo un tono de humor. Además, el tribunal responsabilizó al Estado brasileño, aunque el gobierno actual podrá reclamar el monto directamente a Bolsonaro.
La narrativa de un líder debilitado
Para muchos brasileños, la escena de Bolsonaro hospitalizado simboliza el ocaso de una figura política que marcó la agenda del país entre 2019 y 2022.
Mientras sus seguidores piden oraciones, sus opositores recuerdan los procesos judiciales que enfrenta. Entre la debilidad física y las condenas legales, Bolsonaro parece vivir el capítulo más vulnerable de su trayectoria.


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