El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cumplido su promesa de aumentar los aranceles a las importaciones de acero y aluminio al 25%, intensificando así una guerra comercial con repercusiones internacionales. La medida ha generado advertencias de represalias por parte de la Unión Europea y China.
Trump refuerza la industria nacional con nuevos aranceles
Desde la Oficina Oval, Trump firmó órdenes ejecutivas que eliminan exenciones y cuotas libres de impuestos para estos metales, con el objetivo de fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones extranjeras.
“Hoy estoy simplificando nuestros aranceles sobre el acero y el aluminio. Es un 25% sin excepciones ni exenciones”, afirmó Trump al hacer oficial la medida.
La nueva normativa también establece que las importaciones de acero y aluminio deberán ser “fundidas y vertidas” en América del Norte, lo que busca frenar el ingreso de productos mínimamente procesados desde China.
Posibles aranceles adicionales a otros sectores
Además del acero y el aluminio, Trump anunció que evalúa imponer nuevos aranceles a automóviles, productos farmacéuticos y chips informáticos, lo que podría ampliar la disputa comercial a otros sectores clave de la economía global.
Impacto en socios comerciales: Canadá, México y Brasil en la mira
Canadá y México, principales exportadores de acero a Estados Unidos, podrían verse seriamente afectados por la medida. Otros países como Brasil y Corea del Sur también enfrentan desafíos comerciales debido a estos cambios.
El asesor comercial de Trump, Peter Navarro, defendió la decisión afirmando que “los aranceles al acero y aluminio 2.0 pondrán fin al dumping extranjero, impulsarán la producción nacional y garantizarán la seguridad económica y nacional de Estados Unidos”.
Australia podría obtener una exención
Trump indicó que está considerando una exención para Australia, país con el que EE.UU. mantiene un superávit comercial debido a la compra de aviones. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, confirmó que discutió esta posibilidad con el mandatario estadounidense.
¿Se avecina una nueva guerra comercial?
Con esta decisión, Trump retoma su estrategia proteccionista aplicada entre 2017 y 2021, argumentando que industrias clave de EE.UU. necesitan protección frente a la competencia desleal. Sin embargo, analistas advierten que esta política podría provocar represalias y afectar las relaciones comerciales con los principales socios de Estados Unidos.
La comunidad internacional permanece en alerta ante posibles represalias comerciales de China, la Unión Europea y otras economías afectadas. En los próximos días, se espera que Trump anuncie nuevas medidas arancelarias, lo que podría elevar aún más las tensiones comerciales a nivel global.
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