La principal agencia de inteligencia de Canadá (CSIS) ha confirmado oficialmente en un informe que extremistas Khalistani utilizan territorio canadiense como base para planificar y financiar actos de violencia dirigidos contra la India, desatando una compleja crisis diplomática.
En una revelación que valida las prolongadas quejas de Nueva Delhi y complica aún más las ya tensas relaciones diplomáticas, la principal agencia de espionaje de Canadá, el Servicio Canadiense de Inteligencia de Seguridad (CSIS), ha reconocido oficialmente que extremistas pro-Khalistan están utilizando Canadá como una base para planificar, financiar y promover violencia dirigida principalmente contra la India.
La admisión se encuentra en el informe anual de 2024 del CSIS, publicado esta semana, y representa un cambio significativo en la postura pública de Ottawa sobre una cuestión que ha envenenado los lazos bilaterales durante años.
¿Qué Dice Exactamente el Informe del CSIS?
El documento es contundente en sus hallazgos. Afirma que «desde mediados de la década de 1980, la amenaza de extremismo violento por motivos políticos (PMVE) en Canadá se ha manifestado principalmente a través de extremistas Khalistani radicados en Canadá que buscan utilizar y apoyar medios violentos para crear un estado-nación independiente llamado Khalistan».
El informe, sin embargo, hace una distinción crucial que es vital para entender la complejidad del asunto. Subraya que la gran mayoría de los canadienses que apoyan el movimiento Khalistan lo hacen de manera pacífica y legítima. La amenaza, según el CSIS, proviene de un «pequeño grupo de individuos» que «continúan utilizando Canadá como base para la promoción, recaudación de fondos o planificación de violencia principalmente en la India».
La Paradoja de la Doble Acusación
Lo que hace que este informe sea extraordinariamente complejo es que no es una simple admisión de un problema interno. El documento presenta una paradoja: mientras valida la principal queja de seguridad de la India, simultáneamente acusa al gobierno indio de llevar a cabo «actividades de injerencia extranjera» en Canadá.
Según el CSIS, esta presunta injerencia india está impulsada precisamente por «la percepción de que el extremismo Khalistani que emana de Canadá» es una amenaza para la India. En esencia, el informe describe un ciclo de retroalimentación tóxico: el extremismo en suelo canadiense provoca una respuesta de espionaje y presión por parte de la India, lo que a su vez se convierte en un problema de seguridad nacional y soberanía para Canadá. Esta dinámica sitúa al gobierno de Ottawa en una posición extremadamente delicada, obligado a combatir dos amenazas interconectadas.
«En particular, el extremismo Khalistani real y percibido que surge de Canadá continúa impulsando las actividades de interferencia extranjera de la India en Canadá.» – Informe del CSIS para 2024.
El Contexto: Del Asesinato de Nijjar a una Reconciliación Tensa
Este informe no puede entenderse sin el contexto del colapso diplomático de 2023. Las relaciones entre India y Canadá se desplomaron a su punto más bajo después de que el entonces primer ministro, Justin Trudeau, acusara públicamente a agentes del gobierno indio de estar detrás del asesinato del líder separatista sij Hardeep Singh Nijjar en suelo canadiense. La India rechazó vehementemente la acusación, calificándola de «absurda», y la crisis derivó en la expulsión mutua de diplomáticos.
La publicación del informe del CSIS coincide con un frágil intento de deshielo. Recientemente, el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, se reunió con el nuevo Primer Ministro de Canadá, Mark Carney, con el objetivo declarado de «reconstruir los lazos».
Esta admisión por parte del CSIS podría interpretarse como un gesto estratégico de Canadá. Al reconocer públicamente la validez de una de las principales preocupaciones de seguridad de la India, Ottawa podría estar intentando allanar el camino para una reconciliación diplomática. Al mismo tiempo, al enmarcar la respuesta de la India como «injerencia extranjera», justifica sus propias medidas de contraespionaje y defiende su soberanía. Es un acto de equilibrio diplomático ejecutado a través de la inteligencia pública, que deja a ambas naciones ante el desafío de desmantelar un ciclo de desconfianza y amenaza mutua.
TE PODRÍA INTERESAR