Es oficial: el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será juzgado por intento de golpe de Estado. En una decisión unánime, el Tribunal Supremo Federal aceptó la acusación formal de la fiscalía, que detalla una trama para subvertir la democracia tras su derrota en 2022.
La democracia brasileña enfrenta uno de sus momentos más cruciales. El Tribunal Supremo Federal (STF) ha decidido, por unanimidad, abrir un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro y otros 33 acusados por su presunta participación en una trama para ejecutar un golpe de Estado y mantenerse en el poder tras las elecciones de 2022. Esta decisión histórica sienta a un expresidente de la mayor potencia de América Latina en el banquillo de los acusados por atentar contra el propio sistema democrático.
La Trama al Descubierto: ¿De Qué se le Acusa Exactamente?
La acusación presentada por el Procurador General, Paulo Gonet, es demoledora y va mucho más allá de los disturbios que culminaron con el asalto a los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023. El documento de 272 páginas acusa a Bolsonaro y sus colaboradores de crímenes graves, entre ellos:
- * Intento de golpe de Estado.
- * Abolición violenta del Estado democrático de derecho.
- * Organización criminal armada.
La fiscalía sostiene que no se trató de actos espontáneos, sino de un plan sistemático y estructurado desde el palacio presidencial para desacreditar el sistema electoral, presionar a los mandos militares y, en última instancia, anular el resultado de las elecciones. La acusación incluye detalles escalofriantes, como un presunto plan para envenenar al presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva y asesinar al juez del Supremo Alexandre de Moraes.
Las Pruebas: De Decretos a Espionaje Ilegal
La fiscalía considera que la evidencia contra la trama golpista es «sólida». Las pruebas clave que sustentan la acusación formal incluyen:
* El borrador de un decreto: Un documento encontrado en posesión de sus colaboradores que detallaba los pasos para declarar el Estado de sitio y de defensa, anular las elecciones y detener a autoridades judiciales. Bolsonaro admitió haber discutido estas «hipótesis» con comandantes militares.
* Espionaje ilegal: Un informe de la Policía Federal, divulgado por el STF, concluyó que Bolsonaro orquestó un esquema de vigilancia ilegal a través de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) para espiar a enemigos políticos, jueces y periodistas, siendo él el «principal beneficiario» de esta operación.
* Evidencia digital y testimonios: La investigación se basa en una gran cantidad de manuscritos, archivos digitales, hojas de cálculo y mensajes intercambiados entre los implicados que exponen el plan paso a paso.
Consecuencias y la Defensa del «Mártir Político»
Las consecuencias legales para Jair Bolsonaro son monumentales. Si es declarado culpable de los cargos más graves, como intento de golpe de Estado, podría enfrentar penas de hasta 20 años de prisión. Esta situación se suma a su inhabilitación política, que le impide presentarse a cargos públicos hasta 2030 por haber cuestionado sin pruebas el sistema de urnas electrónicas.
«Hoy espero poner un punto final a esto. Parece que hay algo personal en mi contra. La acusación es muy seria e infundada.» – Jair Bolsonaro, tras la decisión del STF.
Fiel a su estilo, la defensa de Bolsonaro niega todos los cargos y enmarca el proceso como una «persecución política». El expresidente se presenta como un «mártir» del sistema y ha convocado a sus seguidores a manifestaciones masivas como una forma de presionar al poder judicial, una estrategia que mantiene en vilo la paz social del país.
El juicio a Bolsonaro trasciende el destino de un solo hombre. Es una prueba de fuego para la resiliencia de las instituciones democráticas de Brasil y un caso que sentará un precedente para toda la región sobre la rendición de cuentas del poder, sin importar cuán alto haya llegado.


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