El Regreso de la Estabilidad Política en Berlín
Tras meses de negociaciones tensas y un panorama político fragmentado, Alemania ha dado un giro hacia el centro con la formación de una nueva «Gran Coalición» entre los demócrata-cristianos (CDU/CSU) y los socialdemócratas (SPD), que llevará al conservador Friedrich Merz a la Cancillería Federal. Este acuerdo marca el retorno a un gobierno de amplia base, similar al que gobernó el país durante gran parte de la era Merkel, pero en un contexto económico y geopolítico radicalmente distinto.
El nombramiento de Merz, un líder promercado y euroescéptico moderado, ha generado un intenso debate tanto en Alemania como en Europa, donde muchos se preguntan si su gobierno podrá revitalizar la economía germana y fortalecer el liderazgo europeo en un momento de incertidumbre global.
Una Economía en Crisis: El Mayor Desafío del Nuevo Gobierno
Alemania enfrenta su peor estancamiento económico en décadas. Según el último informe de primavera de los principales institutos económicos alemanes, el crecimiento del PIB para 2025 será de apenas 0,1%, una cifra alarmante para la mayor potencia industrial de Europa.
La industria pesada, otrora el orgullo del modelo alemán, está en retirada, afectada por los altos costos energéticos y la competencia global. Sectores clave como el automotriz y el químico han visto caer sus exportaciones, mientras que las sanciones a Rusia y los aranceles de EE.UU. (aunque temporalmente pausados) añaden más presión.
Ante este escenario, la nueva coalición ha apostado por un plan agresivo de estímulo fiscal, rompiendo con la disciplina presupuestaria que caracterizó a gobiernos anteriores:
- 500.000 millones de euros en inversiones para infraestructura y transición energética, financiados mediante deuda pública.
- Flexibilización del «freno constitucional a la deuda», permitiendo un déficit del 3,7% del PIB (frente al 0,35% anterior).
- Recortes burocráticos para agilizar proyectos, con la meta de reducir los 150.000 millones anuales que cuesta la regulación excesiva.
Sin embargo, economistas como Stefan Kooths, del Instituto de Economía Mundial de Kiel, advierten que este endeudamiento masivo podría llevar a una crisis de sostenibilidad, especialmente cuando los tipos de interés vuelvan a subir.
La Bomba Demográfica: Pensiones y el Futuro del Estado de Bienestar
Más allá de la coyuntura económica, Alemania enfrenta un problema estructural: su población envejece rápidamente, mientras que la fuerza laboral se reduce. Para 2030, se estima que habrá millones menos de trabajadores activos, lo que tensionará aún más el sistema de pensiones y el gasto en salud.
El acuerdo de coalición aborda parcialmente este desafío con:
- Reformas al sistema de seguridad social, aunque sin detalles concretos.
- Incentivos a la inmigración calificada, para compensar la escasez de mano de obra.
- Mayor inversión en digitalización y automatización, para mantener la productividad.
No obstante, muchos analistas consideran que estas medidas son insuficientes y que, sin cambios profundos, el modelo social alemán podría colapsar en las próximas décadas.
Política Exterior: Entre el Atlántico y Eurasia
En el ámbito internacional, el gobierno de Merz hereda una Alemania en una posición delicada:
- Relaciones con EE.UU.: La amenaza de nuevos aranceles de Trump y las diferencias sobre la OTAN podrían tensar el vínculo transatlántico.
- Guerra en Ucrania: Alemania sigue comprometida con el apoyo militar a Kiev, pero sin desestabilizar su frágil economía.
- China: Merz ha prometido una postura más firme ante las prácticas comerciales desleales, aunque sin romper los lazos económicos.
Además, su gobierno deberá negociar con una UE dividida, donde Francia impulsa un mayor gasto militar común, mientras que países del Este resisten cualquier medida que debilite la soberanía nacional.
¿Una Nueva Era para Alemania?
La Gran Coalición CDU/SPD representa tanto una vuelta a la estabilidad como un salto al vacío. Por un lado, evita la ingobernabilidad que amenazaba tras las elecciones fragmentadas. Por otro, apuesta por una estrategia económica riesgosa, en un momento donde el mundo entero mira a Berlín para ver si Alemania puede seguir siendo el motor de Europa.
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