sábado, diciembre 20, 2025

A sus 90 años, ha salvado a más de 10,000 animales y su lucha sigue

En un rincón de Bexhill, Sussex, en el Reino Unido, vive una mujer cuya dedicación trasciende la edad y las adversidades. Barby Keel, a sus 90 años, es la encarnación de la compasión en acción, habiendo dedicado más de la mitad de su vida a rescatar y proteger a más de 10,000 animales. Su historia no es solo un testimonio de amor incondicional hacia los seres más vulnerables, sino también una prueba viviente de que la pasión y el propósito no entienden de fechas de caducidad. A pesar de su avanzada edad y de haber luchado contra el cáncer en tres ocasiones, Barby no tiene planes de jubilarse de su misión vital.

El comienzo de una vocación inesperada

La extraordinaria travesía de Barby Keel en el mundo del rescate animal no fue el resultado de un plan meticulosamente trazado, sino el fruto de un encuentro fortuito que encendió una llama inextinguible. Todo comenzó en 1971, cuando un soldado que partía hacia Irlanda del Norte le pidió un favor simple: cuidar de su perro. Ese acto de confianza y la conexión que Barby desarrolló con el animal «encendieron su devoción por los animales y su cuidado». Lo que empezó como un gesto de ayuda puntual, se transformó gradualmente en una vocación que definiría su existencia. En 1979, con apenas tres animales bajo su cuidado, fundó el Barby Keel Animal Sanctuary. Este humilde inicio demuestra cómo las grandes misiones a menudo germinan de las semillas más pequeñas e imprevistas, y cómo un acto de bondad puede redirigir el curso de una vida hacia un propósito mayor. Para muchos, esto puede ser un recordatorio de que la vida puede ofrecer rumbos inesperados llenos de significado, y para las generaciones más jóvenes, ilustra que el compromiso con una causa puede comenzar con una acción personal y sencilla.

Un refugio de esperanza: El santuario hoy

Hoy, el Barby Keel Animal Sanctuary se extiende sobre 12 acres de terreno y es un verdadero arca de Noé moderna, albergando a más de 600 animales de todas las formas y tamaños: desde perros y gatos hasta pollos, cerdos, cabras, caballos y conejos. El santuario opera bajo una estricta política de «no-kill» (no sacrificio), y todos los animales son esterilizados para controlar la población y asegurarles una mejor calidad de vida. Aunque algunos animales más pequeños encuentran nuevos hogares, la mayoría son residentes permanentes que han encontrado en este lugar un refugio seguro tras el abandono o el abuso.

La rutina de Barby, incluso a sus 90 años, es un testimonio de su compromiso inquebrantable. «Todavía me levanto cada mañana para alimentar a todos los gatos y verlos a todos», confiesa. Aunque admite que sus limitaciones físicas le impiden ocuparse de los animales más grandes como antes, su presencia y cuidado diario son constantes. El santuario se financia en parte con su pensión, complementada por los ingresos de una pequeña cafetería y una tienda de souvenirs que los visitantes pueden frecuentar. «Es un poco agotador, pero si trae dinero para los animales, de eso se trata», comentó Barby a la BBC. Este modelo de gestión es un ejemplo inspirador de micro-emprendimiento social sostenible. Combina su pasión personal con sus recursos y una pequeña iniciativa comercial para mantener viva su misión. Su resiliencia personal, habiendo superado el cáncer tres veces, añade una capa de heroísmo a su ya admirable labor, convirtiendo su santuario no solo en un hogar para animales, sino en un faro de esperanza y un punto de encuentro para una comunidad de voluntarios y simpatizantes.

Un legado de amor y desafíos a la edad

Consciente de sus limitaciones, Barby Keel depende de un equipo de voluntarios para el funcionamiento diario del santuario. Sin embargo, su espíritu permanece indomable. «Algunos días estoy destrozada, es un trabajo duro», admite. «Pero luego recibo un pequeño ‘boop’ en la nariz o una cara me mira, y recuerdo por qué estoy haciendo esto. Mis animales son lo primero y siempre lo serán». Estas palabras, cargadas de emoción y verdad, refuerzan la autenticidad de su entrega.

La historia de Barby Keel es un poderoso mentís al edadismo, esa discriminación basada en la edad que a menudo relega a las personas mayores a un segundo plano. Ella redefine el concepto de «jubilación», demostrando que la vejez puede ser una etapa de actividad vibrante, propósito profundo y contribución significativa a la sociedad. Su vida es una inspiración intergeneracional, enseñando que la pasión no envejece y que el impacto de una persona puede seguir creciendo mucho después de lo que la sociedad podría esperar.

Paloma Franco
Paloma Franco
Paloma Franco es una editora web de gran experiencia y una autoridad en temas de México y Economía. Su amplia trayectoria en periodismo investigativo y su habilidad para crear contenido digital confiable y relevante son fundamentales para la veracidad de nuestras publicaciones. Su profundo conocimiento económico y su compromiso con la investigación periodística garantizan la máxima fiabilidad de la información.
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