jueves, diciembre 25, 2025

Yucatán aprueba castigos más duros y protege a ganaderos y apicultores

Yucatán refuerza por primera vez su legislación para combatir el robo de ganado y colmenas

El origen de una reforma que busca justicia para el campo

Yucatán ha vivido durante años una realidad silenciosa, dolorosa y constante: el robo de ganado y colmenas que poco a poco fue despojando a miles de familias de su sustento. En los rincones rurales de Yucatán, entre ranchos, apiarios y caminos de terracería, la incertidumbre se volvió parte de la rutina. No había día sin el miedo latente de amanecer sin un becerro, sin panales, sin equipo, sin aquello que representaba no solo capital económico, sino historia familiar.

En Yucatán este delito afectó por igual a ganaderos y apicultores. Algunos perdieron animales que habían criado durante años, otros vieron desaparecer colmenas enteras en una sola noche. Yucatán fue registrando en silencio un problema que se comenzó a normalizar, aun cuando cada robo lastimaba profundamente la economía rural. Por eso, la aprobación unánime del Congreso de Yucatán marca un antes y un después para quienes viven de la tierra y del trabajo del campo.

Un Congreso unido frente a una demanda urgente

La reforma aprobada surgió de un consenso poco común. Todos los partidos políticos reconocieron que el problema había escalado demasiado como para seguir esperando. Morena impulsó el dictamen, pero las voces del PAN, PRI, PVEM, PT, Movimiento Ciudadano y la diputada independiente se sumaron sin reservas. Yucatán vio por primera vez que la protección del campo no debía ser una bandera partidista, sino una causa humana.

En su discurso, el diputado Wilmer Monforte Marfil narró historias que se repiten en muchos municipios: productores llegando a sus ranchos para descubrir que sus equipos, bombas o paneles solares habían desaparecido, o apicultores observando espacios vacíos donde antes zumbaban cientos de abejas. Cada caso representaba un golpe emocional y económico. Yucatán necesitaba un cambio, y ese cambio finalmente llegó al pleno legislativo.

Penas más duras y nuevos tipos penales

La reforma agrega artículos, endurece sanciones y amplía el alcance de la ley. No solo se castiga el robo de ganado como tradicionalmente lo hacía, sino que ahora se crean tipos penales específicos para colmenas, panales, miel y materiales apícolas. En Yucatán este delito había evolucionado, por lo que era necesario que la ley evolucionara también.

El artículo 347 Bis ahora impone penas de 2 a 8 años de prisión y multas de hasta 100 UMAs para quien robe colonias de abejas, panales, miel o materiales derivados. Este cambio representa una victoria para Yucatán, uno de los principales productores de miel del país, donde miles de familias dependen de la apicultura como sustento.

Mientras tanto, el artículo 205 del Código Penal estatal establece sanciones de 4 a 8 años de prisión para el robo de especies ganaderas mayores y menores. Yucatán fue claro en su mensaje: no habrá tolerancia para quien afecte la seguridad alimentaria o el patrimonio rural.

Además, si el delito se comete sobre más de cuatro cabezas de ganado, las penas aumentan considerablemente. Yucatán había visto cómo bandas organizadas robaban animales en grandes cantidades, por lo que la ley ahora responde de forma proporcional.

Responsabilidad no solo del ladrón, sino también del comprador

Otra de las innovaciones más importantes es que no solo se castiga al ladrón. Yucatán incorpora responsabilidad para quienes compren, transporten o comercialicen productos robados. De esta forma, la cadena criminal se rompe desde la base: sin compradores, el delito deja de ser rentable.

Este cambio refleja una realidad muy conocida en Yucatán. Muchas veces las colmenas robadas terminaban en ranchos cercanos; el ganado robado se movía fácilmente sin control alguno. La reforma obliga a que Yucatán fortalezca sus mecanismos de trazabilidad y que los compradores se aseguren de la procedencia legal de lo que adquieren.

Sanciones más severas para servidores públicos involucrados

Uno de los puntos más contundentes es el aumento de pena para servidores públicos que participen en los delitos de abigeato. Yucatán demuestra así su compromiso con la integridad gubernamental: si un funcionario se involucra, la prisión aumenta en un tercio y, además, queda inhabilitado por el doble del tiempo de su condena.

En Yucatán esta medida es particularmente relevante porque productores rurales habían denunciado, en el pasado, la posibilidad de complicidad de algunos actores. Con la reforma, se envía un mensaje claro: ningún servidor público podrá encubrir ni participar sin enfrentar consecuencias severas.

El impacto en la vida cotidiana del campo yucateco

Más allá de los números y los artículos legales, la reforma tiene un impacto emocional profundo. Para las familias de Yucatán, que viven del trabajo diario en ranchos y apiarios, esta medida significa recuperar la tranquilidad. En Yucatán el campo es más que tierra: es herencia, tradición, identidad.

Productores narran historias de impotencia al ver los frutos de meses de trabajo desaparecer. Ahora, Yucatán les ofrece un marco legal sólido para defender su patrimonio. Para muchos, esta reforma representa la primera bocanada de justicia en años.

Retos futuros y el papel de las comunidades

Sin embargo, la reforma no resuelve todo por sí sola. En Yucatán aún será necesario fortalecer la vigilancia, mejorar la coordinación entre autoridades y productores y seguir construyendo mecanismos de denuncia segura. Yucatán tiene comunidades que dependen por completo del ganado y la apicultura, y la protección debe ser constante y estructurada.

Lo cierto es que hoy Yucatán da un paso firme hacia un futuro donde el campo se respete y se proteja. La nueva legislación no solo castiga el delito; también envía un mensaje moral que resuena en cada municipio: el trabajo del campo es invaluable y merece toda la protección posible.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
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