La violencia en Sinaloa continúa cobrando víctimas en un contexto de confrontaciones entre grupos criminales, que no solo afectan a los involucrados, sino también a civiles inocentes. El 12 de diciembre de 2024, una serie de hechos violentos en Culiacán y otros municipios del estado dejaron un saldo de 11 muertos, entre ellos víctimas colaterales de un enfrentamiento armado. Este trágico episodio pone de nuevo sobre la mesa la escalada de violencia derivada de la lucha entre facciones del Cártel de Sinaloa, específicamente entre Los Chapitos y Los Mayos.
La balacera en la colonia Laureles Pinos
En la tarde del 12 de diciembre, los habitantes de la colonia Laureles Pinos, ubicada en Culiacán, fueron testigos de un violento enfrentamiento armado entre células del crimen organizado. Según los informes del secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Gerardo Mérida Sánchez, la confrontación entre estos grupos delincuenciales resultó en la muerte de tres personas, mientras que cinco más fueron lesionadas.
Uno de los fallecidos fue un presunto miembro de una célula criminal. Su cuerpo fue encontrado en el asiento del piloto de una camioneta, en cuyo interior se hallaron un rifle de asalto y una granada. La camioneta había recibido decenas de disparos, lo que evidencia la intensidad del enfrentamiento. Sin embargo, la tragedia no se limitó a los involucrados en el conflicto armado.
Víctimas colaterales: mujeres y niños inocentes
Entre las víctimas fatales del enfrentamiento se encontraban dos mujeres inocentes. María Antonia “N”, de 58 años, perdió la vida debido a los disparos que alcanzaron su cuerpo, incluidos impactos en la cabeza. Rosa María “N”, quien era propietaria de un puesto de tacos, también murió durante el tiroteo, mientras atendía su negocio.
Además, una familia que aparentemente había acudido a comer al puesto de tacos de Rosa María resultó gravemente afectada. Entre los heridos se encuentran un niño de 10 años y un joven de 18. Este trágico suceso refleja la vulnerabilidad de la población civil en medio de la violencia desbordada en la región.
Otros homicidios en Sinaloa
Ese mismo día, la Fiscalía General del Estado (FGE) reportó ocho homicidios adicionales en diferentes puntos de Sinaloa, lo que llevó el total de víctimas fatales a 11 en solo una jornada. Los homicidios ocurrieron en distintas localidades de la entidad, como:
- Culiacán: Se localizaron cadáveres bajo el puente de la avenida Manuel J. Clouthier, en el fraccionamiento Villa Bonita, y en la colonia 10 de Mayo.
- Mazatlán: En la colonia Centro, se encontró una persona muerta.
- Salvador Alvarado: En El Mauto, se halló otra víctima fatal.
- Ahome: En la sindicatura Gustavo Díaz Ordaz, se reportó otro homicidio.
Este incremento de muertes está relacionado con la guerra entre las facciones de Los Chapitos y Los Mayos, dos grupos del Cártel de Sinaloa que han generado un ambiente de inseguridad y violencia en la región. Según las autoridades, hasta el 9 de diciembre, los homicidios relacionados con esta pugna habían alcanzado las 555 víctimas.
La violencia desbordada en Sinaloa
Las pugnas entre grupos criminales en Sinaloa han intensificado la violencia en la entidad. Las autoridades locales se enfrentan a un reto creciente para restaurar la seguridad y proteger a la población civil, que se ve atrapada entre las balas y el caos generado por los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa.
Los recientes hechos en Culiacán, además de reflejar la brutalidad del conflicto, evidencian el costo humano que tiene la violencia en Sinaloa, no solo para los miembros del crimen organizado, sino también para los ciudadanos inocentes que terminan siendo víctimas de la guerra entre estas poderosas organizaciones criminales.
La respuesta de las autoridades
Aunque el gobierno de Sinaloa ha implementado diversas estrategias de seguridad, como el aumento de patrullajes y operativos de la Guardia Nacional, la violencia sigue siendo una amenaza constante. Las autoridades locales siguen comprometidas con la búsqueda de justicia para las víctimas y con el fortalecimiento de las medidas de seguridad en las zonas más afectadas por la violencia.
Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y la respuesta de las autoridades aún enfrenta obstáculos significativos en la lucha contra el crimen organizado en la región.
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