Cada 9 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Síndrome Fetal Alcohólico, una condición prevenible que afecta a miles de niñas y niños en todo el mundo, incluyendo a México.
De acuerdo con la especialista en obstetricia, Ana Arias, se trata de una enfermedad que está directamente relacionada con el consumo de alcohol durante el embarazo y advirtió que, aunque no siempre es visible de inmediato, sus consecuencias marcan la vida entera de quienes la padecen.
Mencionó que este síndrome se desarrolló en el momento en el que el alcohol que consume una mujer embarazada pasa de manera directa al feto a través de la placenta. Esto provoca que el desarrollo del cerebro y otros órganos se vea comprometido.
“El Síndrome Fetal Alcohólico es totalmente prevenible, pero una vez que se presenta, no tiene cura. Los daños son permanentes y pueden ir desde problemas de aprendizaje, dificultades para hablar y caminar, hasta malformaciones físicas.
“Por eso es fundamental insistir en que durante el embarazo no hay un nivel seguro de consumo de alcohol, ni siquiera ocasional”, dijo.
Explicó que los bebés que nacen con este síndrome suelen presentar características físicas y neurológicas particulares. Entre los rasgos más visibles incluyen cabeza y ojos más pequeños, espacio plano entre la nariz y el labio superior, así como labios delgados. Sin embargo, lo más grave está en el desarrollo interno.
“Los niños con Síndrome Fetal Alcohólico tienen dificultades de aprendizaje, problemas de memoria, déficit de atención, baja tolerancia a la frustración y, en casos más severos, retraso en el desarrollo psicomotor. Es decir, son pacientes que enfrentarán retos a lo largo de toda su vida”, comentó.
Una enfermedad prevenible pero de alto impacto
Arias mencionó que aunque en el país no hay registros exactos sobre los casos de menores que viven con este síndrome, es una situación más común de lo que las personas se pueden imaginar, pues existen datos que permiten dimensionar el problema.
“En México, entre el 7 y el 12 por ciento de las mujeres consume alcohol, y dentro de este grupo algunas lo hacen incluso durante el embarazo. Esto se traduce en un riesgo real de que cada año nazcan bebés con algún grado de exposición al alcohol que puede marcarles de por vida”, advirtió.
La obstetra explicó que este fenómeno no siempre está ligado a la falta de cuidado, sino a una combinación de factores sociales y culturales que terminan orillando a las mujeres al consumo de alcohol durante el embarazo, lo que pone en riesgo a sus hijos.
“Muchas veces no se cuenta con información clara, otras veces el consumo se normaliza en contextos familiares o sociales donde se piensa que una copa no hace daño, sobre todo en los primeros meses, pero no es así.
“Hay casos que son más complicados como las mujeres que enfrentan problemas de adicción que no han sido tratados a tiempo y sumado a la falta de información sobre este síndrome, la exposición al riesgo es mayor para los bebés”, compartió.
Una llamada a la conciencia social
La especialista detalló que el síndrome fetal alcohólico no tiene cura y los tratamientos médicos y terapéuticos buscan únicamente mejorar la calidad de vida de los pacientes y ayudarles a desarrollar habilidades de manera gradual.
En ese sentido, destacó que no solo es una cuestión médica, sino también cultural, por lo que es importante visibilizar e informar a la población sobre esta condición para fortalecer su prevención.
“La idea de que una copa de vino no hace daño es peligrosa. La ciencia ha demostrado que cualquier cantidad puede afectar el desarrollo del bebé. Necesitamos campañas más contundentes que lleguen a todas las mujeres, especialmente a quienes no tienen acceso fácil a servicios de salud o acompañamiento prenatal”, dijo.
Síntomas
- Retraso en el crecimiento antes y después del nacimiento
- Cabeza pequeña en comparación con el resto del cuerpo
- Problemas de coordinación y equilibrio
- Dificultad para concentrarse y mantener la atención
- Problemas de memoria y aprendizaje
- Retraso en el desarrollo del lenguaje y habilidades sociales
- Dificultades para controlar las emociones y la conducta
Características de la enfermedad
- Daño cerebral permanente que afecta funciones cognitivas
- Malformaciones faciales como ojos pequeños, filtrum plano y labio superior delgado
- Anomalías en órganos internos, principalmente corazón, riñones e hígado
- Trastornos del sueño y de la alimentación en la infancia
- Mayor probabilidad de necesitar apoyo terapéutico de por vida
Factores de riesgo
- Consumo de alcohol en cualquier etapa del embarazo
- Embarazos no planeados, donde la mujer puede beber antes de saber que está embarazada
- Patrones de consumo frecuente o episodios de consumo excesivo
- Falta de información sobre los efectos del alcohol en el embarazo
- Presión social en entornos donde el consumo de alcohol es común
Prevención
- Evitar totalmente el consumo de alcohol durante el embarazo
- Informarse con profesionales de salud sobre los riesgos
- Acceder a programas de apoyo y consejería si la mujer tiene dificultad para dejar de beber
- campañas de sensibilización dirigidas a mujeres en edad reproductiva
- Involucrar a la pareja y la familia en el acompañamiento durante la gestación
Riesgos del Síndrome Fetal Alcohólico
- Dificultad para vivir de manera independiente en la adultez
- Problemas de integración social y laboral
- Mayor propensión a desarrollar adicciones o problemas de conducta
- Vulnerabilidad frente a situaciones de violencia o abandono
- Carga emocional y económica para las familias y el sistema de salud


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