Del 24 al 28 de agosto se conmemora la Semana Mundial del Agua, un espacio internacional para reflexionar sobre la importancia de este recurso y los retos que enfrenta el mundo en materia de acceso, cuidado y gestión.
El agua es un derecho humano reconocido por la ONU desde 2010. Sin embargo, más de 2 mil millones de personas en el planeta no tienen acceso seguro a agua potable. Esta realidad afecta directamente su salud, educación y calidad de vida. En muchas comunidades, sobre todo rurales, conseguir agua limpia implica recorrer largas distancias, lo que limita el tiempo que niñas y niños pueden dedicar a estudiar o jugar.
Un recurso en peligro
El cambio climático, la contaminación y el crecimiento urbano desordenado han aumentado la presión sobre los mantos acuíferos y ríos. Cada año, millones de personas enferman por consumir agua contaminada con bacterias o metales pesados, lo que provoca diarreas, infecciones intestinales e incluso enfermedades crónicas.
La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 829 mil personas mueren cada año por causas relacionadas con el consumo de agua insalubre, una cifra que podría reducirse con acciones de saneamiento y acceso seguro.
La voz de un experto
Para el ingeniero hidráulico y especialista en gestión hídrica, Carlos Ramírez, la crisis del agua no es un problema futuro, sino actual:
“La falta de agua potable no solo es un tema de escasez, también de desigualdad. Mientras algunas ciudades desperdician millones de litros al día, comunidades enteras viven con menos de 50 litros por persona, cuando la recomendación mínima de la OMS es de 100 litros diarios”.
Origen de la conmemoración
La Semana Mundial del Agua surgió en 1991 en Estocolmo, Suecia, como un encuentro internacional de expertos, gobiernos y organizaciones. Su objetivo es generar soluciones globales frente a los retos del agua y compartir experiencias de distintos países. Hoy se ha convertido en la reunión más importante sobre este tema a nivel mundial.
¿QUÉ PODEMOS HACER COMO CIUDADANOS?
Aunque los grandes cambios dependen de políticas públicas y de la inversión en infraestructura, cada persona puede contribuir a cuidar el agua en su vida diaria. Aquí algunas acciones sencillas:
• Cierra la llave mientras te cepillas los dientes o lavas trastes.
• Repara fugas en casa, incluso las más pequeñas.
• Reutiliza el agua de la lavadora para lavar patios o baños.
• Prefiere duchas cortas en lugar de baños de tina.
• Evita tirar aceites, químicos o basura al drenaje.
• Planta árboles: ayudan a mantener los mantos acuíferos.
• Consume productos locales que reducen la huella hídrica del transporte.
TE PODRÍA INTERESAR