La madrugada del 12 de noviembre, Rosario Piedra Ibarra fue ratificada como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para el periodo 2024-2029 en una votación dividida en el Senado de la República.
La elección, realizada entre el bloque mayoritario de Morena, PT y PVEM, ha generado una ola de críticas por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos y sectores de la oposición, que señalan su cuestionable independencia y desempeño en los últimos cinco años.
El proceso de reelección: Un camino lleno de controversia
El proceso de reelección de Piedra Ibarra no estuvo exento de tensiones. Horas antes de la votación, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, confirmó que el bloque oficialista había alcanzado un acuerdo para respaldar su reelección.
Mientras tanto, las redes sociales reportaban “jaloneos” entre los partidos del bloque mayoritario, debido a la resistencia de algunos legisladores que criticaban el bajo desempeño de la CNDH bajo su liderazgo.
A pesar de la resistencia de algunos senadores, la terna final estuvo conformada por Piedra Ibarra, Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, y Paulina Fernández Diz, abogada jalisciense con una trayectoria destacada en defensa de derechos humanos. Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo externó su apoyo a Piedra Ibarra, calificándola como un símbolo en la lucha contra la represión y el autoritarismo, alineando así al Senado oficialista con la decisión de reelegirla.
Críticas al desempeño de Piedra Ibarra en la CNDH
Organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos se han manifestado abiertamente en contra de la reelección de Piedra Ibarra. Entre sus críticas, destaca el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, que cuestionó el manejo de la CNDH en casos de presuntas violaciones a derechos humanos por parte de instituciones como la Guardia Nacional y la Secretaría de Defensa Nacional.
Entre 2020 y 2023, la Guardia Nacional acumuló 1,816 quejas y la Secretaría de la Defensa Nacional 1,664, pero solo se emitieron 13 y 26 recomendaciones respectivamente.
“La CNDH que queremos protege a las personas, no al poder”, expuso el Centro Prodh, al exigir un perfil verdaderamente independiente que defienda a las víctimas y frene la impunidad. Otras organizaciones, como Fundar y Documenta AC, también se unieron al llamado, argumentando que la reelección de Piedra Ibarra representa una amenaza para la defensa de los derechos humanos en México.
¿Por qué la reelección de la CNDH genera tanta polémica?
La reelección de Piedra Ibarra en la CNDH ha avivado las críticas sobre la falta de independencia del organismo y la necesidad de una renovación en su liderazgo. Al asumir su primer periodo en 2019, Piedra Ibarra se comprometió a combatir la impunidad y a actuar con independencia del gobierno; sin embargo, sus detractores consideran que ha tenido un enfoque partidista y que ha sido omisa en señalar violaciones de derechos humanos por parte de instituciones clave.
Para muchos, la falta de críticas abiertas de la CNDH hacia el gobierno en temas como la militarización y la seguridad pública es un reflejo de esta cercanía con el oficialismo. La oposición, que abandonó el pleno tras la votación, ha señalado que la reelección de Piedra Ibarra “perpetúa una subordinación de la CNDH al gobierno en turno”.
¿Qué significa la reelección de Rosario Piedra para el futuro de la CNDH?
Con esta reelección, la CNDH enfrenta un desafío significativo: demostrar que es una institución verdaderamente autónoma y capaz de defender los derechos de todos los mexicanos, sin importar el partido en el poder.
Rosario Piedra Ibarra tendrá la tarea de revertir las críticas y mostrar resultados tangibles en temas que afectan gravemente a la sociedad mexicana, como la violencia institucional, la militarización de la seguridad pública y los abusos de autoridad.
Al asumir este segundo periodo, Piedra Ibarra deberá lidiar con el peso de la expectativa pública y de las organizaciones civiles que piden una comisión verdaderamente independiente. Aunque la votación en el Senado haya asegurado su liderazgo, su verdadera prueba será demostrar si puede defender los derechos humanos de manera imparcial y eficaz.
La reelección de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH reabre el debate sobre la independencia de los organismos encargados de velar por los derechos humanos en México. En una sociedad que exige transparencia y rendición de cuentas, el papel de la CNDH será crucial en los próximos años.
Con la confianza de algunos sectores y la crítica de otros, Piedra Ibarra enfrenta el desafío de transformar esta institución y recuperar la confianza pública.
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