El eco de una herida abierta volvió a resonar en Guerrero. Este mediodía, estudiantes normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) realizaron una protesta que derivó en violencia frente a las instalaciones de la 35 Zona Militar en Chilpancingo.
La exigencia sigue siendo la misma desde hace casi una década: la aparición de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala en 2014.
Un mitin cargado de memoria y dolor
La jornada inició temprano. Contingentes de normalistas salieron desde la Normal de Ayotzinapa en Tixtla, rumbo a la capital del estado. En el trayecto hicieron una parada en el Parador del Marqués, lugar simbólico donde en 2011 fueron asesinados los estudiantes Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús durante una protesta.
Ahí, entre consignas y pancartas, se llevó a cabo un mitin en memoria de los caídos, recordando que la lucha estudiantil en Guerrero ha estado marcada por sangre y resistencia.
El ataque a la 35 Zona Militar
Tras el mitin, los contingentes se dirigieron a la 35 Zona Militar de Chilpancingo. Fue en ese punto donde lanzaron petardos y bombas molotov contra las instalaciones, exigiendo la entrega de los 800 folios que el Ejército aún no ha revelado en torno al caso Ayotzinapa.
Desde el interior, elementos militares respondieron con gases lacrimógenos, lo que provocó enfrentamientos y escenas de tensión en la zona.
La exigencia de los padres: justicia y verdad
El Colectivo de Madres y Padres de los 43 acompañó la movilización, recordando que el caso sigue marcado por opacidad, contradicciones y ausencia de respuestas claras. Para ellos, la entrega de los documentos del Ejército es clave para reconstruir lo sucedido la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala.
La protesta no solo evidenció el enojo estudiantil, sino también la fractura histórica entre sociedad y fuerzas armadas en Guerrero.
Ayotzinapa, una herida que no cierra
A casi 11 años de la desaparición de los normalistas, el caso sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva de México. Las movilizaciones, a menudo acompañadas de violencia, reflejan la desesperación de una generación que se niega a olvidar.
El ataque de este lunes recuerda que Ayotzinapa no es solo un expediente judicial, sino un símbolo de lucha por la verdad y la justicia.


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