La escena se volvió viral en cuestión de horas. Un video grabado en Poza Rica, Veracruz, mostraba a una pareja de abuelitos abrazados en medio del agua, rodeados por el desastre.
El clip, compartido en TikTok por una vecina, pedía ayuda desesperada mientras se observaba a los dos aferrados el uno al otro, esperando el rescate o que el nivel del agua bajara.
Hilario Reynosa y Elodia Reyes llevan más de 26 años viviendo juntos en esa comunidad. La casa que él mismo construyó —hecha con madera y lámina— quedó destruida en cuestión de segundos tras las intensas lluvias del 9 de octubre, que afectaron también a Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí.
Para muchos, su historia es símbolo de resistencia, amor y esperanza frente a una tragedia que ha dejado más de 70 muertos y 75 desaparecidos.
“Mi prioridad era ella”: el relato de Don Layo
Don Layo, como lo conocen en el barrio, recuerda el momento exacto en que el agua comenzó a arrasar con todo:
“Escuché cómo se vino el agua desde el fondo, tiró el ropero… le dije a Elo: agárrate de mi cuello con todas tus fuerzas.”
El agua subía con rapidez. El viejo pescador —que aprendió a nadar desde joven— intentaba mantener la cabeza de su esposa fuera del nivel del agua.
“Mi prioridad era ella”, repitió ante los medios con la voz entrecortada.
La corriente, sin embargo, fue más fuerte. Lo separó de su compañera, y por momentos pensó que la había perdido. Fue entonces cuando un vecino le gritó que veía una cabeza flotando cerca de un aire acondicionado atorado entre las casas.
El rescate y el abrazo que los devolvió a la vida
Desafiando la fuerza del agua, Don Layo nadó hasta donde estaba Doña Elo. Se impulsó entre cercas y postes hasta alcanzarla.
“La puse sobre una caja blanca, le sobé las piernitas porque tenía mucho frío… ahí volvimos a nacer los dos.”
Momentos después, dos hombres en una lancha llegaron para rescatarlos. Mientras se alejaban, los abuelitos pudieron ver lo que quedaba de su casa: apenas restos flotando.
Aun así, no hubo tristeza, sino gratitud. “Perdimos todo, pero seguimos juntos”, dijo él.
El poder del amor en medio del desastre
El video se compartió miles de veces y generó una ola de solidaridad en redes sociales. Usuarios de todo México ofrecieron apoyo, donaciones y palabras de aliento.
La imagen del abrazo entre Don Layo y Doña Elo se convirtió en un símbolo de lo que muchos llaman el milagro de Poza Rica.Más allá del desastre natural, su historia es una lección sobre cómo el amor puede sostenernos incluso cuando el mundo parece venirse abajo.


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