El ingreso de los hogares en Yucatán creció más de un 16% en solo dos años, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este incremento posiciona al estado como una de las entidades con mayor recuperación económica del sureste mexicano, detrás de Quintana Roo.
Según el estudio, el ingreso mensual promedio por hogar en Yucatán pasó de 22,976 pesos en 2022 a 26,657 en 2024, lo que significa un incremento del 16.02%. En el ranking nacional, esto coloca al estado en la posición 14 de 32, un avance importante para una región que históricamente ha estado por debajo de la media nacional en términos de ingreso.
Este crecimiento, aunque positivo, no se traduce automáticamente en mayor bienestar si no se considera cómo se distribuye el ingreso y en qué lo gastan las familias. La ENIGH también ofrece esa información, y en el caso de Yucatán, los datos permiten entender con claridad las prioridades, preocupaciones y hábitos de consumo de sus habitantes.
Alimentos, el gasto más grande en casa
Tal como ocurre en casi todo México, el gasto en alimentos sigue siendo el principal rubro dentro de los hogares yucatecos. De cada 100 pesos que entran al hogar, 38.3 pesos se destinan a comida, una cifra que, si bien sigue siendo alta, ha disminuido ligeramente respecto a ediciones anteriores de la encuesta.
El alza en los precios de productos básicos, la concentración comercial y la limitada producción local de algunos alimentos son factores que explican por qué comer bien aún cuesta mucho en Yucatán.
“En mi casa somos cinco y el gasto en comida es el más pesado. Con los precios de ahora, todo se fue para arriba: el huevo, la carne, el pan… Ya no alcanza como antes”, comenta la ama de casa María del Carmen Uc.
Movilidad: un gasto en aumento
Otro dato que llama la atención es el alto gasto en transporte, que representa el 21.8% del ingreso familiar. Esto incluye pasajes de autobús, gasolina, mantenimiento de autos y cualquier tipo de traslado. En un estado donde la urbanización ha crecido rápidamente, pero el transporte público no siempre es eficiente ni suficiente, muchas familias se ven obligadas a invertir más en movilidad.
“Yo gasto casi 800 al mes solo en ir al trabajo y llevar a mi hijo a la escuela. Si no tuviera moto, sería mucho más”, explica Luis Alberto Canto, trabajador en una empresa de seguridad en Mérida.
Educación: una prioridad en ascenso
A diferencia de otras regiones del país donde la educación no representa una carga importante, en Yucatán se observa un comportamiento distinto: el 11.7% del ingreso se destina a educación y esparcimiento, superando incluso el gasto en vivienda o salud. Este dato incluye colegiaturas, materiales escolares, cursos, transporte escolar, así como actividades culturales o recreativas relacionadas con el aprendizaje.
El gasto elevado en educación también puede interpretarse como una apuesta de las familias por mejorar el futuro de sus hijos, aun cuando implique ajustes en otros rubros.
Vivienda, salud y otros gastos menores
A diferencia de alimentos, transporte y educación, el gasto en vivienda ocupa apenas el 5.5% del ingreso mensual, aunque esto no significa que la vivienda sea barata, sino que muchas familias ya cuentan con casa propia o no pagan renta formal.
En cuanto a la salud, el porcentaje es bajo: 2.9% del ingreso, similar al promedio nacional. Esto puede deberse a que muchas personas recurren a servicios públicos o simplemente no acuden al médico por falta de recursos o tiempo.
Otros rubros, como vestido y calzado (3.8%), limpieza (6.1%) y gastos personales (6.5%), ocupan posiciones intermedias, sin variaciones significativas respecto a años anteriores.
Para los especialistas, el reto ahora está en que las autoridades locales refuercen servicios como el transporte público, la salud comunitaria y la oferta educativa, de modo que el ingreso familiar pueda destinarse a mejorar la calidad de vida, no solo a sobrevivir.


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