Bloqueo petrolero a Venezuela. La frase volvió al centro del escenario internacional luego de que Estados Unidos interceptara e incautara otro buque petrolero en aguas internacionales frente a las costas venezolanas, según revelaron a Reuters tres funcionarios estadounidenses. El hecho ocurre apenas días después de que el presidente Donald Trump anunciara un “bloqueo total y completo” contra todos los petroleros sancionados que entren o salgan del país sudamericano.
La operación, liderada por la Guardia Costera de Estados Unidos, marca la segunda incautación de un petrolero en pocas semanas y confirma que el anuncio presidencial no fue solo retórico, sino el inicio de una fase más agresiva de presión marítima y energética.
Una operación rodeada de silencio oficial
De acuerdo con las fuentes citadas por Reuters, la intercepción se realizó en aguas internacionales, aunque no se precisó la ubicación exacta. Ni la Guardia Costera ni el Pentágono ofrecieron detalles adicionales, remitiendo las consultas a la Casa Blanca, que no respondió de inmediato.
Del lado venezolano, tanto el Ministerio de Petróleo como la estatal PDVSA guardaron silencio ante las solicitudes de comentario, una reacción habitual en medio de operaciones sensibles que pueden tener consecuencias diplomáticas y económicas.
Este hermetismo refuerza la percepción de que el bloqueo petrolero a Venezuela está entrando en una fase de aplicación práctica, con acciones directas que buscan disuadir a navieras, aseguradoras y compradores internacionales.
Trump y la lógica del bloqueo total
El martes previo a la incautación, Donald Trump fue explícito: ordenó un bloqueo completo a todos los petroleros sancionados vinculados a Venezuela. Desde entonces, el efecto ha sido inmediato. Buques cargados con millones de barriles de crudo permanecen anclados en aguas venezolanas, evitando zarpar por temor a ser interceptados.
Este escenario ha provocado una caída drástica en las exportaciones de crudo venezolano, agravando la ya frágil situación económica del país y aumentando la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Impacto directo en el mercado petrolero
Aunque el mercado global del petróleo se mantiene, por ahora, bien abastecido, los analistas advierten que la prolongación del bloqueo podría tener consecuencias significativas. Venezuela aporta cerca de un millón de barriles diarios al mercado internacional, una cifra que, de desaparecer de forma sostenida, podría empujar los precios al alza.
China, principal comprador del crudo venezolano, recibe aproximadamente el 4 % de sus importaciones desde ese país. En diciembre, los envíos se encaminaban a superar los 600 mil barriles diarios, lo que subraya la relevancia del crudo venezolano para el equilibrio energético asiático.
Chevron, excepciones y zonas grises
No todos los buques que transportan petróleo venezolano están sancionados. Algunas compañías, como la estadounidense Chevron, operan con autorizaciones especiales que les permiten seguir exportando crudo en sus propios buques.
Esta coexistencia entre sanciones estrictas y licencias selectivas genera un mapa complejo, donde conviven petroleros autorizados, buques sancionados y una extensa “flota en la sombra”, utilizada para ocultar rutas, apagar sistemas de localización y transportar crudo venezolano, iraní o ruso.
La flota en la sombra y la escalada militar
Desde la imposición de sanciones energéticas en 2019, comerciantes y refinadores han recurrido a estas flotas opacas para mantener el flujo de petróleo. Sin embargo, la nueva postura estadounidense eleva considerablemente el riesgo de estas operaciones.
La presión no es solo económica. La campaña de Trump contra Maduro ha incluido un incremento de la presencia militar estadounidense en la región y ataques contra buques en el Caribe y el Pacífico, que, según fuentes citadas, han dejado al menos 100 muertos.
Trump incluso ha afirmado que ataques terrestres contra Venezuela podrían comenzar pronto, una declaración que intensifica la tensión regional.
Venezuela denuncia intento de control petrolero
El presidente Nicolás Maduro ha denunciado que la acumulación militar estadounidense busca derrocar a su gobierno y apoderarse de los recursos petroleros del país, que posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo y es miembro de la OPEP.
Desde Caracas, el bloqueo petrolero a Venezuela es presentado como una agresión directa a la soberanía nacional, mientras que Washington lo justifica como parte de su estrategia de sanciones y presión política.
El nuevo decomiso de un petrolero frente a las costas venezolanas confirma que el bloqueo petrolero a Venezuela ha pasado de la advertencia a la acción directa. Con efectos visibles en las exportaciones, el mercado energético y la estabilidad regional, esta estrategia marca una nueva etapa en el conflicto entre Estados Unidos y el gobierno de Maduro, cuyas consecuencias podrían sentirse mucho más allá del Caribe.


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