En un país donde la música siempre ha sido un reflejo de identidad y resistencia, el concurso «México Canta» se convirtió en mucho más que una competencia artística. Desde su inicio, este festival buscó abrir espacios para voces jóvenes que desean contar nuevas historias y alejarse de la apología de la violencia.
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel, lo resumió con claridad:
“Queremos que la música sea un camino de esperanza y una alternativa para los jóvenes”.
Los números detrás del concurso
El impacto de este festival no es menor: participaron más de 12,400 intérpretes en México y 2,400 México-estadunidenses radicados en Estados Unidos. La dimensión binacional refleja cómo la música une identidades a ambos lados de la frontera.
El evento final se celebrará este domingo en el Teatro de la Ciudad, donde los finalistas interpretarán las canciones que los llevaron a este momento decisivo.
Las canciones que emocionan en la final
Durante la conferencia presidencial de esta semana, los finalistas tuvieron la oportunidad de interpretar extractos de sus temas. Cada melodía no solo representa talento, sino también una narrativa que apuesta por el cambio social.
Historias de resiliencia, amor, comunidad y esperanza dominarán la gran final. Estas canciones se erigen como alternativas musicales frente a discursos que normalizan la violencia, convirtiéndose en una herramienta cultural de prevención.
La historia de Sofía, una de las finalistas
Sofía, de 19 años, llegó desde Puebla con una guitarra prestada y una voz que aprendió a entrenar en la iglesia de su barrio. En su canción, habla de su hermano mayor, quien emigró a Estados Unidos en busca de oportunidades. “Es mi forma de sentirlo cerca”, confiesa.
Cuando interpretó un fragmento en la conferencia, los asistentes guardaron silencio absoluto. No solo era la voz, era la emoción genuina de alguien que canta para sanar. Historias como la de Sofía son el corazón de “México Canta”, y muestran por qué este concurso es tan importante para miles de jóvenes.
Música como herramienta contra la violencia
La estrategia cultural enmarcada en “México Canta” se integra al esfuerzo nacional de prevención de adicciones y violencia. A través del arte, el festival busca ofrecer un camino alternativo: la música no como un escape, sino como un proyecto de vida.
Lo que viene este domingo
Con la expectativa en aumento, la final promete ser un espectáculo emotivo en el Teatro de la Ciudad. Cada finalista tendrá la oportunidad de interpretar su canción completa frente al jurado y al público, con la esperanza de consagrarse como una nueva voz de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum concluyó la conferencia destacando que estos espacios artísticos son fundamentales para la transformación cultural del país:
“La música también construye paz”.


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