Extinción del INAI: Un giro hacia la concentración de poder en México
La reciente extinción del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y otros órganos autónomos marca un antes y un después en la historia de la democracia mexicana. Aunque respaldada por un discurso que promete mayor eficiencia y combate a la corrupción, esta decisión ha generado profundas inquietudes sobre el futuro de la rendición de cuentas y la participación ciudadana en el país.
Una decisión que divide opiniones
Un estudio reciente muestra que la percepción pública sobre la extinción de órganos autónomos varía según el nivel educativo. Entre los sectores populares, la mayoría apoya la medida, pero en los niveles educativos más altos, crece la crítica y la preocupación. Esta polarización refleja un debate esencial: ¿realmente son los órganos autónomos un obstáculo para el desarrollo, o su desaparición compromete la democracia?
¿Qué implica la extinción del INAI?
El INAI se había convertido en un pilar para garantizar el acceso a la información pública y proteger los datos personales en un país históricamente afectado por la opacidad gubernamental. Con su desaparición, estas funciones serán transferidas a una nueva Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno.
Riesgos principales:
- Concentración de poder: La centralización de funciones podría derivar en decisiones menos transparentes y mayor discrecionalidad.
- Disminución de la participación ciudadana: Sin un organismo independiente, los ciudadanos tendrán menos herramientas para fiscalizar al gobierno.
- Impulso a la impunidad: La eliminación de contrapesos dificulta la vigilancia de posibles abusos de poder.
Lecciones del libro La corrupción estructural
Irma Eréndira Sandoval, exsecretaria de la Función Pública, aborda en su libro La corrupción estructural cómo la concentración de poder y la falta de rendición de cuentas son la raíz de la corrupción. Sandoval argumenta que la corrupción no se limita al dinero, sino que incluye:
- Concentración de decisiones públicas.
- Discrecionalidad sin control.
- Impunidad estructural.
El texto señala que la rendición de cuentas y la participación ciudadana son esenciales para prevenir abusos, elementos que corren el riesgo de debilitarse con la desaparición del INAI y otros órganos autónomos.
Tiempos de venganza institucional, no de reflexión
La extinción de estos órganos parece más un acto de revancha política que un intento de mejorar el sistema. Decisiones impulsadas por mayorías legislativas obedecen más a instrucciones de liderazgo que a un análisis técnico o intelectual.
La paradoja de las instituciones:
El éxito de una democracia radica en que las instituciones funcionen independientemente de las personas. Sin embargo, la centralización actual coloca el peso en figuras específicas, como Raquel Buenrostro, quien encabezará la nueva Secretaría de Anticorrupción.
¿Qué nos dice la historia sobre este modelo?
El modelo de concentración de poder no es nuevo y ha sido históricamente criticado por propiciar exclusión social y dominación política. En palabras de Sandoval, «la corrupción es una forma de control político y exclusión». México corre el riesgo de repetir errores del pasado, en los que la discrecionalidad gubernamental minó el desarrollo institucional.
Un desafío para la democracia
La extinción del INAI y otros órganos autónomos no solo transforma el panorama institucional del país, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre el rumbo de nuestra democracia. ¿Estamos dispuestos a sacrificar la transparencia y la participación ciudadana en nombre de la eficiencia?
Es momento de reflexionar sobre las consecuencias de estas decisiones y exigir un sistema de rendición de cuentas sólido y centrado en las necesidades de la ciudadanía. Solo así evitaremos que estos cambios se traduzcan en retrocesos que afecten a las generaciones futuras.
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