México y el espacio: una historia sin tornillos
México ha tenido un papel marginal en la exploración espacial, viendo desde la distancia cómo otros países llevan a sus astronautas más allá de la atmósfera. Nuestros satélites han surcado el cielo, pero sin que el país participe en su fabricación ni con un solo tornillo.
La historia del programa espacial mexicano ha estado marcada por grandes promesas y pocas acciones concretas, y ahora enfrenta su mayor transformación o su posible extinción con la reciente fusión de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) con el Sistema Satelital Mexicano.
El gobierno asegura que esta medida “fortalece” la política espacial del país, pero la realidad apunta más bien a la desaparición de la AEM como la conocíamos.
Salvador Landeros Ayala: presionado hasta la renuncia
El primer gran golpe de esta reestructuración fue la renuncia de Salvador Landeros Ayala, un referente en el ámbito aeroespacial mexicano.
Según declaraciones de Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, Landeros fue presionado hasta que decidió dejar el cargo, lo que ha generado inquietud sobre el verdadero futuro de la exploración espacial en México.
El gobierno, en un intento de suavizar la crisis, llenó de elogios la trayectoria de Landeros, pero el mensaje fue contradictorio: si era tan valioso, ¿por qué lo obligaron a irse?
El encargado de forzar su salida fue José Merino, director de la Agencia de Transformación Digital, quien parece haber tomado un papel clave en la reestructuración del sector tecnológico del país.
La fusión AEM-Sistema Satelital Mexicano: ¿avance o retroceso?
La presidenta Claudia Sheinbaum intentó explicar la transformación de la AEM con un discurso confuso:
“No se desaparece, se fortalece. Cambia de nombre al integrarse dos áreas que tienen que ver con este tema. Si quiere seguir participando el doctor Landeros, bienvenido…”
Pero la fusión entre la Agencia Espacial Mexicana y el Sistema Satelital Mexicano plantea varias preguntas:
- ¿Qué pasará con los proyectos de exploración espacial?
- ¿Se mantendrán los convenios internacionales en materia aeroespacial?
- ¿Habrá inversión real en desarrollo de tecnología o solo administración de satélites?
Cada vez que la 4T ha “fortalecido” una institución, ha terminado debilitándola o eliminándola. Ejemplos como la CNDH y el Conacyt muestran que cuando el gobierno promete mejoras, en realidad puede significar el desmantelamiento de programas clave.
México y la carrera espacial: un futuro incierto
Desde su creación, la AEM nunca tuvo los recursos ni el apoyo suficiente para posicionar a México en la carrera espacial, pero al menos existía como un organismo especializado en la materia.
Ahora, con su fusión con el Sistema Satelital Mexicano, el país parece enfocarse únicamente en administrar satélites en órbita y no en impulsar la exploración espacial o el desarrollo de tecnología aeroespacial.
Esto podría significar:
- Menos inversión en ciencia y tecnología aeroespacial.
- Pérdida de convenios con agencias espaciales extranjeras.
- Mayor dependencia de tecnología importada.
- Un retroceso en la formación de talento en ingeniería aeroespacial.
México nunca ha sido un competidor en la carrera espacial, pero con esta decisión, parece que el país se está resignando a quedar fuera de ella definitivamente.
Una despedida silenciosa a la exploración espacial en México
El gobierno asegura que la fusión de la AEM con el Sistema Satelital Mexicano es un paso adelante, pero los hechos sugieren que es el fin de la exploración espacial en México tal como la conocíamos.
Si esta decisión no viene acompañada de inversión real, proyectos claros y cooperación internacional, México se limitará a ser un espectador en el desarrollo espacial global, sin posibilidad de impulsar su propio futuro en la industria aeroespacial.La salida de Salvador Landeros Ayala es solo el primer síntoma de una crisis más profunda en la política espacial del país.
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