En apenas una semana, la administración de Donald Trump dejó claro que su política migratoria será más agresiva que nunca.
Entre el 23 y el 29 de enero, su gobierno realizó 5,537 arrestos de migrantes y 4,333 detenciones, confirmando que las deportaciones masivas ya están en marcha.
Pero Trump no se conforma con regresar migrantes a sus países de origen. Exige sumisión total y, para presionar, ha recurrido a su arma favorita: los aranceles.
La primera víctima fue Colombia, cuyo presidente Gustavo Petro se negó a aceptar aviones militares con migrantes deportados. La respuesta de Trump fue inmediata:
- Arancel del 25% a todas las importaciones colombianas.
- Amenaza de subirlo al 50% si no cumplían sus condiciones en una semana.
- Revocación de visas para funcionarios del gobierno colombiano y sus aliados.
- Sanciones bancarias y financieras contra miembros del gobierno.
Ante esta embestida, Colombia cedió. El lunes, Estados Unidos informó que Petro aceptó todas las condiciones de Trump, permitiendo el retorno sin restricciones de los migrantes colombianos, incluso en aeronaves militares.
El mensaje fue claro: quien se resista, pagará un alto precio.
México y la respuesta de Sheinbaum: incertidumbre y evasivas
Con este escenario, la gran pregunta es: ¿qué hará México si Trump aplica la misma estrategia?
El martes, la presidenta Claudia Sheinbaum intentó mostrarse conciliadora:
“En todos los temas hay conversación. En el marco de nuestra soberanía y respeto a nuestros connacionales, podemos llegar a acuerdos.”
Pero al ser cuestionada directamente sobre si Estados Unidos enviaría aviones militares con deportados, su respuesta fue ambigua:
“Hasta ahora, no ha habido eso.”
El miércoles, se le insistió en cuál es la estrategia de México para enfrentar una eventual imposición de aranceles. Sheinbaum respondió:
“No creemos que vaya a ocurrir. Y si ocurre, también tenemos nuestro plan, ya lo informaremos.”
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, reforzó la incertidumbre con una declaración aún más enigmática:
“No te puedo revelar qué está previsto, pero sí puedes tener la garantía de que lo hemos estudiado muchísimo. Habrá un plan. Entonces, tranquilidad.”
Pero no hay tranquilidad cuando se vive bajo la amenaza constante de aranceles.
¿Se repetirá la estrategia de Ebrard de 2019?
La actitud del gobierno recuerda lo ocurrido en 2019, cuando Trump amenazó con aranceles si México no contenía la migración centroamericana.
El entonces canciller Marcelo Ebrard viajó a Washington y negoció un acuerdo que convirtió a México en el muro fronterizo de Estados Unidos, desplegando miles de elementos de la Guardia Nacional para frenar a los migrantes.
Hoy, la historia parece repetirse. ¿Negociará México otra vez bajo presión?
Trump pospone los aranceles, pero la amenaza sigue latente
Según Howard Lutnick, nominado a secretario de Comercio de Trump, los posibles aranceles a México no se anunciarán en febrero, sino en abril.
Esto da un margen de maniobra al gobierno de Sheinbaum para definir su estrategia.
Pero la pregunta clave sigue en el aire:
¿México resistirá la presión de Trump o volverá a ceder como en 2019?
Conclusión: México entre la diplomacia y el chantaje comercial
La postura de Sheinbaum y Ebrard ha sido cautelosa y evasiva, pero la historia demuestra que Trump no negocia, impone condiciones.
En los próximos meses, México deberá tomar decisiones clave:
- Definir si acepta deportaciones masivas sin restricciones.
- Prepararse para responder comercialmente si Trump impone aranceles.
- Evitar caer en acuerdos que afecten la soberanía del país.
La relación con Trump será un desafío constante y el gobierno mexicano tendrá que demostrar si está dispuesto a defender sus intereses o a ceder ante la presión estadounidense.
El reloj avanza y la sombra de los aranceles sigue acechando.
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