Un derrame de chapopote provocado por la volcadura de una pipa en Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, se convirtió en una emergencia ambiental, luego de que el material llegara hasta el río de la zona.
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran la magnitud del desastre: un cuerpo de agua cubierto por una gruesa capa de material negro y espeso que se adhiere a las piedras, arrastra ramas y se mezcla con la vegetación, afectando de forma directa al ecosistema.
Derrame de chapopote afecta a comunidades
El accidente ocurrió el pasado 1 de septiembre y, a tres días, el chapopote sigue en la superficie de los afluentes sin que se hayan desplegado equipos especializados de contención.
La sustancia oscura ha alcanzado el ojo de agua que abastece a localidades como Teponaxtla, La Hacienda, Siniyuvi y Atoyaquillo, lo que ha dejado a cientos de familias sin acceso a agua potable.
Además, el derrame ya afecta la barranca La Desgracia, que desemboca en el río La Concepción, uno de los principales afluentes de la región mixteca.
https://platform.twitter.com/widgets.js🚨Emergencia ambiental en Oaxaca
— Lucía Hernández | Amo La Ciencia (@YoAmoaLaCiencia) September 4, 2025
Derrame de chapopote en la barranca La Desgracia, afluente del río La Concepción en Putla, Oaxaca.
Una pipa que transportaba chapopote se volcó el lunes 1 de septiembre, a pesar de las denuncias ciudadanas y del seguimiento que ha hecho la… pic.twitter.com/uGhIUqlMaM
Vecinos denuncian abandono de autoridades
Tras el accidente, el Gobierno municipal de Putla informó únicamente sobre el retiro de la pipa y la reapertura de la carretera Alfonso Pérez Gasga el 2 de septiembre, pero no mencionó el daño ambiental ni la contaminación del río.
Ante la falta de atención, habitantes de las comunidades han tenido que realizar labores de limpieza por su cuenta, con palas y cubetas, sin equipo de protección ni maquinaria adecuada, exponiéndose a riesgos para su salud.
El 3 de septiembre, pobladores de La Hacienda bloquearon la carretera federal 125 como protesta, exigiendo la presencia de autoridades estatales y federales para atender la emergencia ambiental.
Hasta el momento, ni la Profepa ni el Gobierno de Oaxaca han acudido al lugar, lo que ha intensificado el enojo de la población afectada.


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