Un coloso de hielo que se desprendió de la Antártida hace 39 años, conocido como A23a, se está derritiendo rápidamente frente a aguas cada vez más cálidas, informan científicos.
En su momento, este iceberg fue el más grande del mundo, con un peso cercano a 1 billón de toneladas y cubriendo casi 4,000 km², un 50% más que la superficie de Luxemburgo.
A23a en riesgo de desaparecer por completo
A medida que deriva hacia el norte, en regiones menos frías del océano Austral, grandes fragmentos del iceberg se han desprendido. Actualmente, A23a mide 1.770 km² y alcanza 60 km de ancho, según imágenes satelitales del servicio europeo Copernicus.
“Diría que realmente está llegando a su fin (…) Simplemente se está pudriendo desde la raíz. El agua está demasiado caliente para que sobreviva. Se está derritiendo con constancia2, explicó Andrew Meijers, oceanógrafo del Instituto de Investigación Antártica de Reino Unido.
“Preveo que esto continúe en las próximas semanas, y que en unas semanas será irreconocible”, agregó.
Casi cuatro décadas en movimiento
A23a se desprendió del continente antártico en 1986 y quedó anclado en el mar de Weddell durante más de tres décadas. En 2020, volvió a moverse arrastrado por la corriente circumpolar antártica. En marzo de 2025 encalló cerca de Georgia del Sur, generando preocupación por la fauna local, incluyendo pingüinos y focas.
El iceberg ha sobrevivido más de lo esperado, lo que sorprendió a los investigadores. «La mayoría de los icebergs no llegan tan lejos, ya que están condenados una vez que abandonan la protección del clima antártico», señaló Meijers.
Impacto del cambio climático
La formación de icebergs es un proceso natural, pero los científicos advierten que el ritmo de desprendimiento en la Antártida ha aumentado, probablemente debido al cambio climático causado por actividades humanas. Este fenómeno evidencia cómo el calentamiento global acelera la desaparición de enormes masas de hielo que alguna vez dominaron el paisaje antártico.


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