sábado, diciembre 20, 2025

Claudia Sheinbaum y el discurso del estatismo: ¿qué sigue en la agenda de la 4T?

El discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum en el que acusó a los gobiernos neoliberales de entregar «bienes de la nación a unos cuantos privados y extranjeros» ha encendido un intenso debate. Más allá de las palabras, la pregunta clave es: ¿qué significa este discurso para el futuro económico de México?

¿Se trata de una retórica para la ocasión, o estamos ante el preludio de una nueva ola de estatización en sectores estratégicos, más allá del petróleo y la electricidad?


El petróleo y la energía: la «soberanía energética» según la 4T

Sheinbaum argumentó que la 4T ha recuperado la soberanía energética, regresando al Estado el control de la producción, refinación y distribución de hidrocarburos, así como de la generación de energía eléctrica.

Esta política sigue el mismo enfoque de su predecesor, López Obrador: la energía es estratégica y debe estar bajo control gubernamental. Aunque el argumento tiene respaldo ideológico, las pérdidas económicas de estas empresas estatales han sido evidentes.

  • Pemex y CFE:
    A pesar de la inversión pública, ambas empresas reportan pérdidas significativas debido a su ineficiencia y a los elevados costos operativos.

¿Qué viene después? La soberanía alimentaria en la mira

El siguiente paso lógico en esta narrativa sería la soberanía alimentaria, un tema que Sheinbaum podría abordar bajo el mismo marco de recuperar bienes estratégicos.

Si se sigue la lógica de su discurso, el gobierno podría considerar controlar:

  • Producción de maíz:
    Empresas privadas en Sinaloa, Jalisco y el Estado de México producen gran parte del maíz del país. ¿Se justificaría su estatización?
  • Industria avícola:
    Empresas como Bachoco lideran la producción de pollo y huevo, alimentos básicos en la dieta mexicana. ¿Se considerarían estratégicas?
  • Procesadores de alimentos:
    Empresas como Grupo Bimbo, Lala, Alpura y Herdez, fundamentales para la distribución y procesamiento de alimentos, podrían entrar en la discusión sobre control gubernamental.

Más allá de los alimentos: transporte y comunicaciones

En su discurso, Sheinbaum también señaló que muchos servicios esenciales están en manos de unos cuantos. Esto podría abrir el debate sobre sectores como:

  • Transporte:
    • ¿Expropiaría el gobierno empresas de transporte como ADO o Aeroméxico para garantizar el derecho al libre tránsito?
    • Las carreteras concesionadas también podrían estar bajo escrutinio, considerando su importancia para la conectividad nacional.
  • Medios de comunicación:
    En un país donde los medios son esenciales para la difusión de información, ¿el gobierno podría buscar control sobre ellos argumentando su carácter estratégico?

Los riesgos del estatismo: ¿viable o insostenible?

Aunque el discurso de Sheinbaum busca conectar con una narrativa de justicia social, los riesgos económicos de un modelo estatista son claros:

  1. Ineficiencia operativa:
    Las empresas estatales, como Pemex, han demostrado ser menos competitivas frente a sus contrapartes privadas.
  2. Desconfianza en los mercados:
    La incertidumbre sobre posibles expropiaciones podría desalentar la inversión privada, afectando el crecimiento económico.
  3. Impacto fiscal:
    La absorción de sectores estratégicos implicaría un aumento en el gasto público, presionando aún más el déficit fiscal.

El precedente: estatización energética bajo la 4T

El gobierno de López Obrador ya ha avanzado en la centralización de la energía. Pemex y CFE son ejemplos de empresas estatales que monopolizan sus sectores, aunque con resultados económicos cuestionables.

Si Sheinbaum extiende este modelo a otros sectores, como alimentos o transporte, el impacto en la economía mexicana podría ser profundo y divisivo.


¿Qué dice el sector empresarial?

El discurso de Sheinbaum también es un mensaje a los empresarios. Líderes como el Consejo Coordinador Empresarial han adoptado una postura conciliadora, aunque con reservas sobre las implicaciones de este modelo estatista.

Empresas como Walmart, Nestlé o Coca-Cola, que dominan segmentos estratégicos de distribución y alimentos, podrían estar en la mira si esta narrativa se traduce en acciones concretas.


Entre el discurso y la realidad

El discurso de Claudia Sheinbaum plantea una visión polarizada: recuperar bienes estratégicos podría ser una herramienta para fortalecer la soberanía, pero también un riesgo económico si se traduce en estatismo.

La pregunta clave no es solo qué sectores podrían estar en la mira, sino si estas políticas serán sostenibles en un entorno económico global cada vez más competitivo.

Mientras tanto, la incertidumbre sobre el rumbo económico de México bajo la 4T podría tener implicaciones duraderas para la inversión, la competitividad y el desarrollo nacional.

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