Las exportaciones agroalimentarias de México hacia Estados Unidos viven un momento clave. Lo que parecía una resolución cercana se ha convertido en un proceso más largo de lo previsto.
Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, dejó claro que ni la apertura de fronteras para el ganado en pie ni la eliminación de la cuota compensatoria al jitomate tienen plazos definidos.
“Uno no le dice a la otra parte para tal fecha tienes que hacerlo”, señaló, aunque confió en que los avances lleguen antes de enero de 2026.
El impacto de la cuota compensatoria al jitomate mexicano
Mientras tanto, los productores mexicanos siguen trabajando bajo medidas provisionales. En el caso del jitomate, tras el decreto de precios mínimos de exportación, cinco organizaciones de productores acordaron con el gobierno un esquema de consenso para mantener estabilidad en los envíos.
Estas disposiciones buscan dar certidumbre a los exportadores en lo que se logra negociar un nuevo acuerdo con Estados Unidos.
Productores buscan certidumbre en exportaciones agroalimentarias
Aunque se han implementado medidas de contención, la falta de plazos concretos genera incertidumbre en sectores clave del campo mexicano. El jitomate y el ganado en pie son productos estratégicos cuya exportación sostiene miles de empleos y genera divisas esenciales para la economía nacional.
Ganado en pie: la frontera estadounidense aún cerrada
En el caso del ganado, las negociaciones avanzan lentamente. Delegaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos han visitado puntos de exportación en México para evaluar el cumplimiento de estándares sanitarios y de calidad.
El secretario Berdegué afirmó que la comunicación con la secretaria de Agricultura estadounidense, Bruce Rollins, es constante y “muy positiva”, aunque reconoció que se trata de procesos que requieren tiempo.
El papel de Berdegué y la agenda bilateral agrícola
Durante el Foro Global Agroalimentario organizado por el Consejo Nacional Agropecuario, Berdegué reiteró que la presidenta de México da seguimiento puntual a estos procesos, conscientes de la importancia que representan para el campo y la relación comercial con Estados Unidos.
El escenario deja claro que los acuerdos bilaterales en materia agroalimentaria no se logran de la noche a la mañana. Son procesos largos, técnicos y políticos. Aun así, la expectativa se mantiene: que antes de 2026, tanto el jitomate como el ganado mexicano puedan tener una entrada plena al mercado estadounidense.


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