La Cámara de Diputados, con mayoría de Morena, aprobó la desaparición del CONEVAL, el organismo autónomo que evaluaba la pobreza y los programas sociales. Descubre el impacto directo en tu vida.
En una decisión que redefine la supervisión gubernamental, la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados aprobó la extinción del CONEVAL. El organismo encargado de medir la pobreza en México de forma independiente desaparecerá, y sus funciones pasarán al INEGI.
El tablero de la gobernanza en México ha sufrido un cambio fundamental. Con una votación de 353 a favor y 126 en contra, la Cámara de Diputados, impulsada por la mayoría del partido gobernante Morena y sus aliados, ha aprobado la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el organismo autónomo que durante años fue el principal referente para medir la pobreza y la eficacia de los programas sociales en el país.
Las funciones del ahora extinto CONEVAL, que incluían la crucial tarea de evaluar si las políticas gubernamentales realmente reducían las desigualdades, serán transferidas al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La decisión ha desatado una tormenta política, con argumentos encontrados que ponen en el centro del debate la transparencia, la rendición de cuentas y el futuro de la política social.
La Justificación Oficial: «Eficiencia» y Datos «Torcidos»
Desde la bancada de Morena, la defensa de la medida se centró en dos puntos clave. La diputada Antares Vázquez Alatorre acusó directamente al CONEVAL de «torcer» las cifras y manipular datos, citando como ejemplo un informe que, según ella, afirmaba falsamente que 55 millones de mexicanos quedaron sin acceso a servicios de salud tras la eliminación del Seguro Popular.
Por su parte, la diputada Gissel Santander argumentó que la existencia del CONEVAL era una redundancia administrativa. «Ya existe una dependencia que recaba datos [el INEGI] y no es necesario una que los analice», afirmó, sugiriendo que la medida busca la eficiencia y evitar la duplicidad de funciones.
La Oposición Denuncia un «Atentado a la Democracia»
La reacción de los partidos de oposición fue inmediata y contundente. La diputada del PRI, Nadia Navarro, calificó la acción como un «atentado contra la democracia y el Estado de Derecho». Desde el PAN, el diputado Diego Barroso acusó al gobierno de buscar eliminar al CONEVAL para poder controlar los programas sociales sin una supervisión independiente que cuestione sus resultados.
«La pobreza no se combate con discursos, se combate con resultados. Y con Morena, tenemos evaluación ausente y pobreza presente», sentenció la diputada panista Verónica Pérez, resumiendo el temor de la oposición de que la medida busque ocultar la verdadera situación social del país.
El Dilema del «Árbitro y Jugador»
Más allá de la arena política, analistas y organizaciones de la sociedad civil han señalado un riesgo fundamental en esta reforma. La crítica central es que se elimina un contrapeso crucial. El gobierno, que es el «jugador» que diseña y ejecuta los programas sociales, ahora tendrá un control mucho mayor sobre el «árbitro» que mide su éxito. Como lo describió un análisis, «el árbitro cuelga el silbato, se pone el uniforme y entra a jugar».
Esta movida no es un hecho aislado. Se enmarca en una tendencia más amplia de la actual administración de debilitar o eliminar organismos autónomos que fungen como contrapesos al poder ejecutivo. La eliminación del CONEVAL es vista por muchos como un paso estratégico para centralizar el poder y controlar la narrativa oficial sobre el éxito de sus políticas, especialmente las de carácter social, que son un pilar de su plataforma política.
Las implicaciones de esta decisión podrían ser profundas. La credibilidad de los datos sobre pobreza en México, utilizados por inversionistas y organismos internacionales, podría verse comprometida. En un momento en que la inflación ejerce presión sobre los hogares , la necesidad de una medición precisa y confiable de la pobreza es más crítica que nunca. Sin un árbitro independiente, para los ciudadanos será cada vez más difícil saber, con certeza, si México está ganando o perdiendo la batalla contra la desigualdad.


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