2024, el año más violento de los últimos seis sexenios
Las cifras no mienten: este año ha sido devastador en términos de homicidios dolosos. Según datos de TResearch International, México superó en un 20% los niveles de violencia del 2023. Este aumento no es solo un número, es un recordatorio brutal de que la inseguridad sigue siendo el principal desafío nacional.
¿Por qué hemos llegado aquí? Las razones son muchas y variadas:
- El desmoronamiento de la «pax narca» en Sinaloa tras la captura del Mayo Zambada.
- El auge del fentanilo, que ha desestabilizado los mercados de drogas tradicionales.
- La descentralización de los cárteles, que ahora operan como franquicias independientes en todo el país.
Pero más allá de las causas, la realidad es clara: México vive un estado de emergencia.
El juego de culpas: una narrativa desgastada
Es común escuchar a los gobernantes culpar a factores externos:
- «Es culpa del gobierno federal.»
- «Es herencia de administraciones pasadas.»
- «La izquierda o la derecha fallaron.»
Sin embargo, la ciudadanía está harta de pretextos. Los mandatarios locales tienen la autoridad y, por ende, la responsabilidad de actuar. Si no pueden garantizar seguridad, ¿para qué asumieron el cargo?
El papel del gobierno es liderar, no narrar excusas. La falta de acción no solo perpetúa la violencia, sino que legitima el poder de los criminales.
Las noticias que reflejan nuestra realidad
Las siguientes historias son un espejo del México de 2024:
- Narcominas del CJNG devastan Michoacán.
- En plena Navidad, una empresaria y su hijo son asesinados en Cancún.
- Madres buscadoras enfrentan ataques mientras buscan a sus desaparecidos en San Luis Potosí.
- Fosas clandestinas descubiertas en Chiapas con quince cuerpos.
- Huachicol registra cifras históricas con cinco millones de litros robados.
Cada caso revela un patrón: la impunidad es el mejor aliado de la violencia.
La responsabilidad no se delega: un llamado urgente a los gobernadores
Combatir la violencia no es tarea exclusiva del gobierno federal. Cada gobernador debe asumir el rol que eligió al aceptar su cargo. Las soluciones deben ser inmediatas y contundentes:
- Fortalecer las policías estatales.
- Eliminar la corrupción institucional.
- Colaborar estratégicamente con la federación, no depender de ella.
Los criminales, como un cáncer, se expanden cuando no son confrontados. Si no se actúa con firmeza, el destino inevitable es un estado fallido.
¿Esperanza o resignación? El futuro está en sus manos
Este 2024 nos deja una lección clara: México no puede tolerar más años sangrientos. Las acciones de los gobernantes en 2025 determinarán si seguimos en una espiral descendente o encontramos un camino hacia la paz.
El desafío es titánico, pero no imposible. La pregunta es: ¿asumirán los gobernantes su responsabilidad o seguirán como espectadores de la tragedia nacional?
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