Cientos de personas se manifestaron este fin de semana en Escocia para mostrar su rechazo a la visita de Donald Trump. Las movilizaciones más numerosas se registraron en Edimburgo y Aberdeen, mientras el expresidente de Estados Unidos disfrutaba de una jornada de golf en su lujoso complejo de Turnberry, al suroeste del país.
En Edimburgo, unas 1,500 personas se concentraron frente al consulado de Estados Unidos, a pocos metros del Gobierno escocés, convocadas por la coalición Stop Trump. Con pancartas que decían «Trump no es bienvenido», «Haz que América piense otra vez», y «Donald Trump es un dictador», los manifestantes también ondearon banderas palestinas y recordaron los escándalos que han rodeado al político estadounidense, como su vínculo con Jeffrey Epstein.
Trump ignora las protestas y juega golf en Turnberry
Ajeno a las protestas, Trump fue visto jugando golf en su campo de Turnberry, escoltado por agentes del Servicio Secreto. Previamente, la policía local realizó un operativo de seguridad en la zona para garantizar que no hubiera incidentes.
Aunque la visita no es oficial, el expresidente tiene previstas reuniones clave en su estancia. El domingo recibirá a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, con quien discutirá un posible acuerdo arancelario. El lunes se reunirá con el primer ministro británico, Keir Starmer, y el martes estará en Aberdeen para inaugurar un nuevo campo de golf, junto a John Swinney, ministro del Gobierno de Escocia.
Reacciones divididas en Escocia
La decisión del ministro Swinney de participar en las actividades de Trump ha generado críticas entre los escoceses, que consideran inapropiado dar visibilidad a una figura tan polarizante. No obstante, el funcionario argumentó que la visita representa una oportunidad para promover el golf y el turismo escocés a nivel internacional.


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