lunes, diciembre 22, 2025

Israel-Irán: Trump Advierte con “toda la fuerza” de EE.UU.

Israel ha lanzado una operación militar a gran escala contra instalaciones nucleares y militares en Irán, que ha respondido con misiles. El presidente Donald Trump advierte que EE.UU. responderá con una fuerza «nunca antes vista» si los intereses estadounidenses son atacados.

El Medio Oriente se encuentra al borde de una guerra a gran escala después de que Israel ejecutara una serie de ataques aéreos sin precedentes contra objetivos estratégicos dentro de Irán, incluyendo instalaciones nucleares clave. La respuesta de Teherán no se hizo esperar, lanzando oleadas de misiles balísticos y drones contra territorio israelí. En medio de la escalada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha emitido una advertencia directa y contundente que eleva la tensión a nivel mundial, mientras los mercados financieros reaccionan con pánico.

La Escalada: Operación «León Ascendente» y la Respuesta Iraní

La confrontación directa, que llevaba años gestándose a través de conflictos subsidiarios, estalló en las primeras horas del viernes. Bajo el nombre en clave «Operación León Ascendente», Israel desplegó una fuerza masiva de alrededor de 200 aviones de combate para atacar el corazón del programa nuclear y militar iraní. Los objetivos incluyeron el principal sitio de enriquecimiento de uranio en Natanz, así como bases de misiles balísticos y sistemas de defensa aérea.

Fuentes de seguridad israelíes, hablando bajo condición de anonimato, afirmaron que la operación también involucró al Mossad, su agencia de inteligencia, que habría introducido armas en Irán para neutralizar las defensas desde dentro durante el ataque. El primer ministro Benjamin Netanyahu declaró que el objetivo era impedir que Irán adquiriese una bomba nuclear, un programa que Teherán siempre ha sostenido que tiene fines pacíficos.

La respuesta de Irán fue inmediata y contundente. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) lanzó múltiples oleadas de misiles balísticos de largo alcance y drones kamikaze contra ciudades israelíes, incluyendo la capital comercial, Tel Aviv. Los sistemas de defensa aérea de Israel interceptaron la mayoría de los proyectiles, pero algunos lograron impactar, causando muertes, heridos y daños significativos a viviendas. Explosiones y humo se reportaron en varias partes de Teherán, la capital iraní, incluyendo daños en un edificio de la policía, como resultado de los ataques israelíes.

Esta secuencia de ataques representa un cambio fundamental en el conflicto. La acción de Israel, al atacar directamente sitios nucleares soberanos, es una de las provocaciones más graves posibles. Esto coloca a Irán en una posición en la que debe responder con fuerza para mantener su credibilidad y capacidad de disuasión. Sin embargo, una respuesta demasiado potente podría desencadenar una guerra total no solo con Israel, sino también con Estados Unidos, creando un ciclo de escalada con consecuencias impredecibles.

«Atacaremos cada sitio y cada objetivo del régimen de los Ayatolás, y lo que han sentido hasta ahora no es nada comparado con lo que recibirán en los próximos días», declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un mensaje de video.

La Advertencia de Trump: «La Fuerza y el Poder de las Fuerzas Armadas de EE.UU.»

Añadiendo un factor de alta volatilidad, el presidente Donald Trump intervino con un mensaje que combina distanciamiento y una amenaza masiva. Aunque afirmó que Estados Unidos «no tuvo nada que ver con el ataque a Irán», estableció una línea roja inequívoca.

En una publicación en su plataforma Truth Social, Trump advirtió: «Si somos atacados de cualquier manera, forma o modo por Irán, toda la fuerza y el poder de las Fuerzas Armadas de EE.UU. caerá sobre ustedes a niveles nunca antes vistos».

Este doble mensaje es una maniobra estratégica calculada. Por un lado, al negar la participación, Trump busca obtener cobertura política tanto a nivel nacional como internacional, evitando la responsabilidad directa por la chispa inicial del conflicto. Por otro lado, la amenaza explícita está diseñada para disuadir a Irán de cualquier represalia contra intereses o personal estadounidense en la región. Esta postura le permite a Trump proyectar una imagen de comandante en jefe implacable, al tiempo que se presenta como un posible mediador, llegando a afirmar: «Sin embargo, podemos conseguir fácilmente un acuerdo entre Irán e Israel, y poner fin a este sangriento conflicto!!!». Este enfoque dual crea un entorno de alta incertidumbre donde un error de cálculo por parte de Teherán podría tener consecuencias catastróficas.

Reacciones Globales: Un Mundo en Vilo Pide Contención

La comunidad internacional ha reaccionado con alarma, pidiendo un cese inmediato de las hostilidades. La Unión Europea y la OTAN han emitido declaraciones instando a la «máxima contención» para evitar una desestabilización regional y el riesgo de una fuga radiactiva de las instalaciones nucleares atacadas.

Las potencias mundiales se han alineado en bandos predecibles, exponiendo las profundas fallas geopolíticas existentes.

  •  China condenó enérgicamente el ataque israelí, calificándolo como una violación de la soberanía iraní y un «precedente peligroso».
  •  Rusia expresó su «seria preocupación» a través del presidente Vladimir Putin, quien advirtió sobre «consecuencias impredecibles».
  •  Líderes europeos, como el presidente francés Emmanuel Macron, han iniciado contactos diplomáticos directos con el presidente iraní para buscar una desescalada.

Esta división diplomática aísla a Israel y a Estados Unidos frente a un bloque que incluye a Irán, China y Rusia, lo que podría tener repercusiones estratégicas a largo plazo que van más allá de esta crisis puntual.

Impacto Inmediato: Mercados en Caída y el Precio del Petróleo por las Nubes

Las consecuencias económicas de la escalada militar se sintieron de inmediato en los mercados globales. El viernes, el Dow Jones se desplomó más de 750 puntos y el S&P 500 cayó un 1.1%. Los inversores buscaron refugio en activos seguros como el oro y el dólar estadounidense.

El impacto más directo para los consumidores se observó en el mercado energético. El precio del petróleo crudo de EE.UU. se disparó un 7.3%, alcanzando los 72.98 dólares por barril, su mayor ganancia desde el inicio de la guerra en Ucrania. Este aumento amenaza con traducirse en precios más altos de la gasolina para los consumidores estadounidenses, reavivando las presiones inflacionarias.

Además, existe el temor de que Irán pueda cerrar el Estrecho de Ormuz, una ruta marítima vital por la que transita aproximadamente un tercio del petróleo mundial transportado por mar. Un bloqueo de este tipo tendría consecuencias devastadoras para la economía global, interrumpiendo las cadenas de suministro y exacerbando la inflación.

Este shock geopolítico complica enormemente la tarea de la Reserva Federal de EE.UU. En un momento en que el banco central buscaba señales de enfriamiento de la inflación para considerar recortes de tasas de interés, la crisis en Medio Oriente introduce una nueva y potente fuerza inflacionaria. Esto podría obligar a la Fed a mantener las tasas de interés altas por más tiempo, afectando todo, desde las hipotecas hasta los préstamos para automóviles, y ralentizando la economía estadounidense.

Paloma Franco
Paloma Franco
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