La llegada de miembros de la Guardia Nacional de Texas a Illinois marcó este martes el inicio visible del plan del presidente Donald Trump para enviar tropas a la zona de Chicago, una decisión que ha provocado una fuerte controversia política y legal debido a la oposición de líderes demócratas y a la demanda judicial presentada en su contra.
Tropas texanas en Illinois: el despliegue se vuelve realidad
Reporteros de The Associated Press confirmaron la presencia de personal militar con uniformes y parches de la Guardia Nacional de Texas en el Centro de Reserva del Ejército de Estados Unidos en Elwood, ubicado a unos 88 kilómetros al suroeste de Chicago.
Las imágenes de soldados texanos en instalaciones militares de Illinois representan la primera evidencia pública del despliegue, luego de que el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, compartiera en redes sociales una fotografía de los efectivos abordando un avión sin especificar el destino.
Aunque la Casa Blanca no ha emitido comentarios oficiales, fuentes cercanas al Pentágono han indicado que el objetivo sería “reforzar la seguridad y el orden público” en áreas urbanas consideradas conflictivas, en el marco del plan nacional de seguridad interna impulsado por la administración Trump.
Tensión política entre la Casa Blanca y los estados demócratas
El despliegue ha reavivado la tensión entre el gobierno federal y los gobernadores demócratas, que han calificado la medida como un abuso de poder y una intromisión en la soberanía estatal.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, acusó directamente al presidente Trump de “usar a las tropas como accesorios políticos” y “peones en una estrategia de confrontación”. Según el mandatario estatal, la Guardia Nacional de Illinois ya estaba preparada para actuar si fuese necesario, sin requerir la intervención de fuerzas externas.
Por su parte, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, denunció que la Casa Blanca no ha compartido información detallada sobre la misión ni los protocolos de cooperación con las autoridades locales. “Tenemos un gobierno que se niega a cooperar con una autoridad local. Eso hace que este momento sea especialmente difícil”, señaló el alcalde ante los medios.
La batalla legal: Illinois y Chicago demandan al gobierno federal
La Fiscalía General de Illinois y el ayuntamiento de Chicago presentaron una demanda conjunta contra el gobierno federal, argumentando que el despliegue de la Guardia Nacional viola la Constitución estadounidense y pone en riesgo la seguridad ciudadana.
El documento judicial sostiene que “estos avances en la ‘guerra’ largamente declarada por el presidente Trump contra Chicago e Illinois son ilegales y peligrosos”, y solicita una orden judicial para suspender inmediatamente el envío de tropas al estado.
Un juez federal concedió dos días al gobierno de Trump para responder a la demanda, y se ha programado una audiencia para el jueves, donde se determinará si el despliegue puede continuar o debe ser detenido temporalmente mientras se analiza su legalidad.
Un precedente en disputa: la intervención militar en estados opositores
La intención del presidente Trump de desplegar fuerzas militares dentro del territorio estadounidense sin la aprobación de los gobiernos estatales ha encendido un debate constitucional.
El caso de Illinois no es el primero. En Oregón, un juez bloqueó el fin de semana pasado el despliegue de la Guardia Nacional en Portland, argumentando que el gobierno federal no puede intervenir sin el consentimiento local, salvo en circunstancias excepcionales de emergencia nacional.
Juristas y analistas advierten que, de mantenerse esta línea de acción, se estaría creando un precedente peligroso para la autonomía de los estados y para el principio de separación de poderes entre la federación y las autoridades locales.
Reacciones y posibles consecuencias políticas
El despliegue militar en Illinois ha generado división entre los sectores políticos y sociales. Mientras los republicanos defienden la decisión como una medida de seguridad y control del crimen, los demócratas la perciben como un acto de provocación y manipulación electoral.
En redes sociales, el tema se volvió tendencia con etiquetas como #NoALasTropasEnChicago y #SeguridadSinMilitarización, donde miles de usuarios expresaron su rechazo a la medida. Otros, en cambio, apoyaron la presencia militar argumentando que Chicago enfrenta altos índices de violencia y que la intervención podría reforzar la seguridad pública.
Una disputa que trasciende las fronteras estatales
La llegada de la Guardia Nacional de Texas a Illinois marca un nuevo episodio en el conflicto entre la administración Trump y los gobiernos demócratas, y plantea un debate de fondo sobre los límites del poder federal.
Mientras la justicia federal analiza la legalidad del despliegue, el caso se ha convertido en un símbolo de la polarización política en Estados Unidos, donde la seguridad pública y el respeto a la autonomía estatal parecen chocar cada vez con más fuerza.
El desenlace judicial de esta disputa no solo definirá el futuro inmediato del operativo en Chicago, sino también el alcance del poder presidencial sobre los estados en momentos de crisis política y social.


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