El Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso sanciones sin precedentes a tres instituciones financieras mexicanas, acusándolas de lavar dinero para cárteles. El gobierno de México rechazó las acusaciones y tomó control temporal de dos de los bancos para proteger a los ahorradores.
En una escalada dramática de la estrategia antidrogas de Estados Unidos, el Departamento del Tesoro anunció sanciones contra tres importantes instituciones financieras mexicanas: CIBanco, Intercam Banco y la casa de bolsa Vector Casa de Bolsa. La medida, tomada bajo la nueva y poderosa autoridad de la Ley FEND OFF Fentanyl, acusa a las entidades de facilitar el lavado de millones de dólares para cárteles de la droga y el pago de precursores químicos para fentanilo.
A partir del 21 de julio de 2025, las instituciones financieras estadounidenses tendrán prohibido procesar transacciones hacia o desde estas entidades mexicanas, una acción que en la práctica las aísla del sistema financiero estadounidense.
Las Graves Acusaciones del Tesoro de EE.UU.
El gobierno estadounidense no se guardó nada en sus señalamientos. Afirmó que estas instituciones han jugado un «papel vital y de larga data en el lavado de millones de dólares en nombre de los cárteles con sede en México». Las órdenes del Tesoro detallan acusaciones específicas:
- CIBanco: Se le acusa de haber facilitado el lavado de $10 millones para un miembro del Cártel del Golfo y de procesar más de $2.1 millones en pagos a empresas chinas de precursores químicos.
- Intercam Banco: Supuestamente, sus ejecutivos se reunieron directamente con miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para discutir esquemas de lavado de dinero y procesaron más de $1.5 millones para la compra de químicos.
- Vector Casa de Bolsa: Fue acusada de lavar dinero para los cárteles de Sinaloa y del Golfo, incluyendo más de $1 millón para químicos y se le vincula con el envío de más de $40 millones en sobornos al exsecretario de Seguridad mexicano Genaro García Luna.
La Reacción de México: Soberanía y Defensa
La respuesta del gobierno mexicano fue inmediata y contundente. La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó una de las frases más fuertes de la jornada, declarando que México no será intimidado.
«No somos la piñata de nadie. A México se le respeta.» – Claudia Sheinbaum, Presidenta de México.
Sheinbaum afirmó que la administración Trump no ha presentado «ni una sola prueba» que respalde las acusaciones de lavado de dinero, a pesar de las repetidas solicitudes. Sostuvo que la propia investigación de México solo encontró «infracciones administrativas», nada cercano a los delitos imputados por Estados Unidos.
Las instituciones financieras también negaron categóricamente las acusaciones, declarando que sus «libros están abiertos» para cualquier investigación.
México Interviene para Evitar una Crisis
A pesar de la enérgica negativa pública, el gobierno mexicano tomó una medida drástica. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunció la intervención y toma de control temporal de la gestión de CIBanco e Intercam Banco. El objetivo declarado es «proteger los intereses de los ahorradores y acreedores públicos».
Esta acción, aunque defensiva, sugiere la gravedad de la situación. Al ser aisladas del sistema financiero de EE.UU., estas instituciones enfrentan un riesgo real de colapso de confianza o una corrida bancaria. La intervención del gobierno busca prevenir una crisis sistémica, pero al mismo tiempo, parece validar la seriedad de la amenaza que representan las sanciones estadounidenses, más allá de la retórica de negación.
La decisión de EE.UU. de utilizar la Ley FEND OFF Fentanyl para atacar a instituciones financieras establecidas y de gran tamaño, en lugar de las típicas empresas fantasma, marca un cambio de estrategia radical. Es una táctica mucho más agresiva que apunta al corazón de la infraestructura financiera que, según Washington, está siendo utilizada por el crimen organizado. Esta medida arriesga no solo la estabilidad del sector financiero de un aliado clave, sino que también podría colocar a México en la «lista gris» del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), con graves consecuencias para su reputación y acceso a capital internacional.
El enfrentamiento se desarrolla en un tablero geopolítico más amplio, donde Estados Unidos busca contrarrestar la creciente influencia china en América Latina. La presidenta Sheinbaum ha defendido los lazos con empresas chinas como parte de una «relación comercial robusta». Este choque de titanes económicos y políticos apenas comienza.


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