El dengue, una de las enfermedades virales transmitidas por mosquitos más extendidas en el continente, podría ser anticipado gracias al clima. Un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine reveló un patrón climático que antecede a los brotes de dengue en América Latina, tras analizar más de tres décadas de datos.
El trabajo en el que participaron científicos de Estados Unidos, Brasil, Argentina, Colombia y México, encontró que las grandes epidemias de dengue suelen activarse cerca de cinco meses después de un episodio de El Niño, fenómeno climático que altera las temperaturas y los patrones de lluvias.
El dengue y el clima
El equipo estudió información de vigilancia sanitaria entre 1985 y 2019, abarcando 213 provincias e islas de 14 países de América Latina y el Caribe. Detectaron que más del 60% de las regiones presentaron brotes anuales de dengue y que, en muchos casos, estos se repiten casi en las mismas fechas año tras año.
“Los brotes regionales pueden sincronizarse en regiones separadas por miles de kilómetros, con una diferencia de apenas seis meses en el tiempo de aparición”, explicó Aníbal Carbajo, investigador del Conicet y la UNSAM en entrevista con Infobae.
Los picos de contagios se intensificaron tras eventos fuertes de El Niño en 1997, 2007 y 2015, cuando varias naciones de América Latina enfrentaron epidemias simultáneas.
Factores que alimentan la expansión del dengue
Aunque el clima juega un papel importante, los investigadores advirtieron que no es el único responsable. También influyen la movilidad de las personas, la presencia de diferentes serotipos del virus y la urbanización acelerada en la región.
En zonas con estaciones más marcadas, como el norte de Argentina y parte de Brasil, los brotes tienden a repetirse en los mismos meses del año, lo que refuerza la necesidad de planes de prevención estacionales.
¿Cómo se puede usar este hallazgo para prevenir epidemias?
El estudio recomienda reforzar la cooperación entre países latinoamericanos, compartir datos en tiempo real y mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica. Estas medidas podrían anticipar los brotes, reducir contagios y salvar vidas.
“La información climática puede ser una herramienta poderosa para planificar las campañas de control del mosquito y evitar que el dengue golpee con tanta fuerza”, subrayaron los investigadores.
¿Qué pasa con una persona que contrae dengue?
El dengue puede provocar fiebre alta, dolor muscular intenso, sarpullido y, en casos graves, hemorragias y complicaciones que ponen en riesgo la vida.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2023 se registraron más de 4.5 millones de casos en la región, una cifra récord que confirma la urgencia de nuevas estrategias de prevención.


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