¿Qué sigue para la economía tras la aprobación del Presupuesto 2025?
Esta semana, con la aprobación del Presupuesto de Egresos 2025, México cierra un capítulo clave para el futuro económico del país. Pero la tranquilidad actual podría ser solo un espejismo, ya que los desafíos fiscales que se avecinan para 2026 hacen que la reforma fiscal resurja como un tema ineludible en la agenda política y económica.
Un Presupuesto sin sobresaltos, pero con desafíos futuros
El Paquete Económico 2025 se aprobó prácticamente sin contratiempos, gracias a la coordinación técnica y política liderada por la Secretaría de Hacienda. Sin embargo, este éxito no se replicará fácilmente en los próximos años.
Con un crecimiento económico esperado menor en 2025 y la posibilidad de ingresos públicos justos o incluso insuficientes, el margen de maniobra para cumplir con los compromisos de gasto, como los programas sociales y los proyectos de infraestructura, será cada vez más reducido.
Las agencias calificadoras, por ahora, mantienen su confianza en el nuevo gobierno y en la capacidad de la Secretaría de Hacienda para manejar el gasto de manera responsable. Pero los expertos advierten que, sin cambios profundos en el sistema tributario, los rendimientos de la eficiencia recaudatoria podrían estancarse, complicando aún más el panorama.
La insistencia de Monreal y el dilema de la reforma fiscal
El líder de la fracción mayoritaria en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, ha puesto sobre la mesa un tema que durante el sexenio anterior era prácticamente intocable: una reforma fiscal. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha manifestado que no contempla cambios tributarios en el corto plazo, su negativa no ha sido tan categórica como la de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
La pregunta es: ¿Qué incluiría esta reforma?
- Modificaciones al ISR: Ajustes en las tasas para aumentar la recaudación de manera progresiva.
- Cambios en el IVA: Posible ampliación de su base, aunque esto podría ser impopular.
- Federalización del impuesto predial: Para optimizar la recaudación y reflejarla en participaciones federales.
- Impuestos nuevos: Gravámenes a transacciones financieras o herencias.
Un gobierno más abierto al cambio fiscal
A diferencia del conservadurismo fiscal del sexenio anterior, el gobierno de Sheinbaum parece más dispuesto a adoptar visiones modernas en materia tributaria. Esto podría traducirse en ajustes al sistema que permitan financiar tanto los compromisos sociales como los proyectos estratégicos de infraestructura.
Sin embargo, el tiempo juega en contra. Si la reforma fiscal no se discute en 2025, su ventana de oportunidad se cerraría en 2026, año previo al ciclo electoral de 2027.
¿Qué implica esto para los mexicanos?
Si bien los cambios tributarios pueden generar controversia, también representan una oportunidad para construir un sistema fiscal más equitativo y eficiente. Las reformas podrían fortalecer los ingresos del Estado sin comprometer su sostenibilidad, siempre y cuando se diseñen con un enfoque progresivo que no castigue desproporcionadamente a las clases medias y bajas.
La reforma fiscal como prioridad inminente
El Presupuesto 2025 ha sido un alivio temporal para la economía mexicana, pero los retos fiscales que se vislumbran exigen una discusión seria sobre la necesidad de una reforma fiscal. Con actores como Monreal impulsando el debate, y un gobierno aparentemente más receptivo, 2025 podría convertirse en el año clave para transformar el sistema tributario y garantizar un futuro económico sostenible.
El desafío será encontrar un equilibrio entre aumentar los ingresos públicos y mantener la confianza de los ciudadanos e inversionistas.
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