El recorte a la tasa de interés anunciado por el Banco de México marca el cierre del año con una decisión esperada, pero no exenta de tensiones. La autoridad monetaria redujo la tasa de referencia en 25 puntos base para ubicarla en 7 por ciento, confirmando así el duodécimo ajuste consecutivo desde que inició el ciclo de relajación monetaria en agosto del año pasado.
La decisión llega en un contexto complejo: una inflación que baja más lento de lo previsto, una economía con señales de debilidad y un entorno global cargado de incertidumbre comercial y financiera.
Un ciclo histórico de recortes en la tasa de referencia
Desde su máximo de 11 por ciento, la tasa de referencia ha sido reducida de forma sistemática por Banxico, acumulando ocho recortes de 25 puntos base y cuatro de 50 puntos. El objetivo ha sido aliviar el costo del financiamiento para empresas y familias sin perder de vista el mandato prioritario de estabilidad de precios.
El recorte a la tasa de interés de este jueves fue aprobado por mayoría en la Junta de Gobierno, con cuatro votos a favor, incluida la gobernadora Victoria Rodríguez, y un voto disidente del subgobernador Jonathan Heath, quien optó por mantenerla en 7.25 por ciento.
Esta división interna refleja el dilema central del banco: seguir apoyando la actividad económica o reforzar la cautela ante una inflación más resistente.
Inflación más persistente de lo previsto
En su comunicado, Banxico reconoció abiertamente que la desaceleración inflacionaria ha sido más gradual de lo anticipado. De hecho, el banco ajustó al alza sus pronósticos tanto de inflación general como subyacente para el cierre de 2025 y el inicio de 2026.
Para el cuarto trimestre de 2025, la inflación general pasó de 3.5 a 3.7 por ciento, mientras que la subyacente subió de 4.1 a 4.3 por ciento. Para el primer trimestre de 2026, la subyacente se elevó hasta 4.4 por ciento, una señal clara de que los servicios siguen presionando los precios.
Según Banxico, este comportamiento responde principalmente a la inflación de servicios, mientras que el aumento en mercancías tiene un impacto menor.
Recorte a la tasa de interés en una economía debilitada
El banco central advirtió que durante el cuarto trimestre de 2025 la actividad económica se mantuvo débil, afectada por un entorno de incertidumbre, tensiones comerciales y riesgos externos que presionan a la baja el crecimiento.
En este contexto, el recorte a la tasa de interés busca amortiguar el enfriamiento económico sin comprometer de manera inmediata el control inflacionario. Sin embargo, Banxico fue claro al señalar que los ajustes fiscales recientes podrían tener efectos transitorios en los precios, cuya magnitud aún debe evaluarse con mayor información.
Críticas a la credibilidad de las proyecciones
Analistas de Banamex coincidieron en que el recorte era ampliamente esperado, pero señalaron una inconsistencia relevante: el banco reconoce que impuestos y aranceles podrían elevar la inflación, pero no incorpora plenamente esos efectos en sus proyecciones.
Esta decisión, advierten, podría poner en riesgo la credibilidad del banco central si los datos futuros contradicen sus escenarios actuales. Para los analistas, habría sido preferible reflejar desde ahora los impactos preliminares.
Cambio en la guía futura de Banxico
Uno de los mensajes más relevantes del comunicado fue el ajuste en la guía futura. Banxico ahora señala que “valorará el momento de realizar ajustes adicionales”, una redacción que sugiere una postura más cautelosa.
Banamex anticipa una pausa prudente en los recortes durante el primer trimestre de 2026, debido a presiones inflacionarias temporales. Posteriormente, prevé dos recortes adicionales, siempre que se confirme una moderada recuperación económica y que la Reserva Federal de Estados Unidos continúe con su propio ciclo de bajas.
¿Qué significa esto para familias y empresas?
En términos prácticos, el recorte a la tasa de interés reduce gradualmente el costo del crédito hipotecario, automotriz y empresarial, aunque los efectos no son inmediatos. Las tasas siguen siendo relativamente altas en comparación con niveles históricos, pero el alivio es progresivo.
Para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, un entorno de tasas a la baja puede facilitar inversión y liquidez, aunque la incertidumbre económica sigue siendo un freno relevante.
Recorte a la tasa de interés: cautela como palabra clave
Al cierre del año, el recorte a la tasa de interés confirma que Banxico mantiene su compromiso con una política monetaria flexible, pero prudente. La inflación aún no está completamente bajo control y el margen de maniobra se reduce conforme se acerca el objetivo de estabilidad de precios.
El mensaje es claro: el ciclo de recortes no ha terminado, pero entra en una fase más selectiva y dependiente de los datos. En este nuevo equilibrio, cada recorte a la tasa de interés será una decisión más delicada, donde la credibilidad del banco central será tan importante como el crecimiento económico.
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