El precio de la mezcla mexicana de petróleo cerró este miércoles 20 de agosto en 61.69 dólares por barril, de acuerdo con los datos actualizados de Petróleos Mexicanos (Pemex). La revalorización se dio luego de dos jornadas de depreciación, impulsada por un contexto internacional marcado por la reducción de inventarios en Estados Unidos y por la presión geopolítica sobre la India debido a sus importaciones de crudo ruso.
Factores internacionales que influyen en el precio del petróleo
El mercado petrolero reaccionó al último informe del American Petroleum Institute (API), que reportó una caída de 2.4 millones de barriles en los inventarios estadounidenses, casi el doble de lo previsto por los analistas. Este dato contribuyó a sostener la confianza de los inversionistas en una mayor demanda de crudo, favoreciendo así la recuperación de precios.
Además, las tensiones diplomáticas también jugaron un papel clave. Washington advirtió a la India sobre posibles aranceles adicionales si mantenía elevados niveles de importación de petróleo ruso. Esta medida, aunque indirecta, limita la colocación del crudo ruso en el mercado internacional, reduciendo la oferta y, en consecuencia, sosteniendo el valor del barril a nivel global.
Cómo se clasifica el crudo mexicano
El petróleo crudo se clasifica a nivel internacional con base en los grados API (American Petroleum Institute). Aquellos con menos de 30 grados se consideran pesados, mientras que los que superan ese nivel se catalogan como ligeros.
En México, Pemex distingue tres tipos principales de crudo:
- Maya (pesado): Representa el 54% de la producción nacional. Aunque ofrece un menor rendimiento para gasolina y diésel, es altamente competitivo en exportaciones y se utiliza en la generación de energía doméstica.
- Istmo (ligero): Constituye el 33% de la producción. Su calidad lo hace ideal para obtener gasolinas y destilados intermedios.
- Olmeca (superligero): Con un 12% de la producción, es el más cotizado para la fabricación de lubricantes y petroquímicos gracias a su densidad extra ligera.
La mezcla mexicana en el mercado internacional
La llamada mezcla mexicana de exportación no es un crudo único, sino un promedio ponderado de los diferentes tipos que produce Pemex. Su precio diario se estima con base en las fórmulas de referencia de cada región geográfica, considerando los cierres internacionales.
Por esta razón, su cotización es un indicador clave para la economía nacional, ya que el petróleo sigue siendo una de las principales fuentes de ingresos del país y un factor determinante en la balanza comercial.
Producción y exportación de crudo en México
Durante 2023, Pemex logró un repunte en la producción de hidrocarburos, alcanzando un promedio anual de 1.855 millones de barriles diarios. Esto representó un incremento del 5.1% respecto al año anterior, cuando el promedio fue de 1.764 millones.
El aumento se explicó por la entrada en operación de nuevos campos petroleros, entre ellos Quesqui y Tupilco, que permitieron sostener una extracción constante por encima de los 1.8 millones de barriles diarios durante todo el año.
Este rendimiento consolidó a 2023 como el mejor año de producción del actual sexenio, marcando un punto de inflexión en los esfuerzos de Pemex por revertir la tendencia de declive que había caracterizado a la industria en décadas recientes.
Importancia del petróleo para la economía mexicana
El precio de la mezcla mexicana no solo refleja las condiciones internacionales del mercado, sino que también impacta de forma directa en las finanzas públicas. Gran parte de los ingresos del Estado dependen de la exportación de hidrocarburos, por lo que cada variación del precio puede traducirse en ajustes presupuestales.
Asimismo, el petróleo es determinante en el costo de la energía y los combustibles dentro del país. Por ello, tanto los productores como los consumidores se ven afectados por las fluctuaciones de este recurso estratégico.
El cierre de la mezcla mexicana de petróleo en 61.69 dólares por barril el 20 de agosto refleja un escenario internacional en constante movimiento, donde los inventarios de Estados Unidos y las tensiones geopolíticas entre Washington, Nueva Delhi y Moscú juegan un papel decisivo.
Para México, mantener una producción sólida y diversificada, como la lograda en 2023, resulta crucial para aprovechar los momentos de revalorización y reducir la vulnerabilidad ante los vaivenes del mercado global.
El futuro del crudo mexicano dependerá de la capacidad del país para equilibrar producción, exportación y sostenibilidad, en un contexto donde la transición energética también comienza a ganar terreno.


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