México ajusta el arancel para frenar importaciones y fortalecer al campo
El gobierno federal anunció una medida histórica: un aumento del arancel de importación al azúcar a 156 por ciento ad valorem, con el propósito de proteger la producción nacional, garantizar precios justos y restablecer condiciones de competencia en un mercado que había sido afectado por el ingreso masivo de producto extranjero.
La Secretaría de Economía explicó que esta decisión se enmarca en los márgenes permitidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y tiene como objetivo detener la presión a la baja en los precios internos, que afectaba gravemente a miles de productores de caña.
Este incremento llega tras detectar que, entre 2019 y 2025, las importaciones aumentaron en más de 1,800 por ciento, una cifra sin precedentes que había comenzado a desestabilizar toda la cadena productiva del azúcar mexicana.
Un sector estratégico para millones de familias rurales
La industria azucarera mexicana es una de las más relevantes para el desarrollo económico y social del país. Según datos oficiales, genera más de 440 mil empleos directos y beneficia a más de 15 millones de personas en 267 municipios distribuidos en 15 entidades federativas.
La cadena productiva de la caña —que abarca desde la siembra hasta la comercialización— representa una fuente esencial de ingreso en regiones rurales donde pocas actividades económicas son tan estables o rentables. Además, se calcula que genera indirectamente más de 2.2 millones de empleos en zonas agrícolas, transportistas, distribuidores y pequeñas empresas asociadas.
México, además, mantiene su autosuficiencia azucarera con una producción de 4.7 millones de toneladas en el ciclo 2024-2025, frente a un consumo nacional aparente de 3.9 millones de toneladas.
La presión de las importaciones y su impacto en los precios
En los últimos años, las importaciones de azúcar crecieron de forma alarmante. Mientras en 2019 el volumen promedio mensual era de poco más de 2 mil toneladas, para 2025 superó las 40 mil toneladas, un incremento de más del 1,800 por ciento.
Este aumento provocó una caída considerable en los precios nacionales. En el mercado interno, la tonelada de azúcar se cotiza en 18 mil pesos, pero al exportarse bajo el Contrato 11 su precio desciende a solo 8 mil pesos. Esa diferencia genera pérdidas severas y amenaza la estabilidad de los cañeros, quienes reciben el 57 por ciento del valor total de la venta.
Las importaciones, además, desplazaban parte del consumo local, lo que obligaba a exportar excedentes mexicanos a mercados con precios inferiores, reduciendo aún más los ingresos del sector.
Cómo funcionará el nuevo arancel del 156%
Con la actualización, el arancel específico de 360 dólares por tonelada queda sustituido por un modelo ad valorem de 156 por ciento. Esto significa que el impuesto se calculará con base en el valor del producto importado, haciendo que los costos sean significativamente más altos.
Por ejemplo, el precio internacional promedio del azúcar cruda (Contrato 11) ronda los 410 dólares por tonelada. Con el arancel anterior, el costo total de importación era de 770 dólares, frente a los 901 dólares del producto nacional. Ahora, con el nuevo arancel, la importación alcanzará aproximadamente 1,050 dólares.
En el caso del azúcar refinada (Contrato 5), el precio internacional promedia 512 dólares por tonelada. Con el arancel actualizado, el costo subirá a cerca de 1,310 dólares, reduciendo el atractivo económico de importar.
El impacto esperado: estabilidad y soberanía alimentaria
Las autoridades federales aseguraron que la medida no provocará inflación ni incrementos en el precio al consumidor, ya que las importaciones representan solo el 4 por ciento del consumo nacional.
Además, los cañeros se comprometieron a redirigir parte de su producción al mercado interno, garantizando el abasto nacional y fortaleciendo la economía rural.
El gobierno busca que esta medida no solo detenga el daño causado por las importaciones, sino que refuerce la soberanía alimentaria y proteja a un sector que durante décadas ha sido pilar de la vida agrícola mexicana.
Una decisión con visión de largo plazo
El aumento del arancel al azúcar envía una señal clara: México apuesta por la protección de su campo, la estabilidad laboral y la autosuficiencia económica.
En un contexto internacional donde los precios agrícolas fluctúan constantemente, la actualización del arancel busca equilibrar el comercio, garantizar ingresos dignos y evitar que la competencia desleal siga afectando a los productores nacionales.
Con esta medida, el país reafirma su compromiso con la defensa del trabajo rural y con el fortalecimiento de una cadena productiva que, más allá del azúcar, simboliza la lucha por la equidad y la seguridad económica de millones de mexicanos.
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