A veces, los números cuentan historias silenciosas, pero poderosas. La reciente encuesta del Banco de México reveló una narrativa que preocupa a especialistas y ciudadanos: el crecimiento económico de México enfrenta un escenario menos optimista de lo previsto. Las expectativas para 2025 y 2026 se ajustaron a la baja, marcando un tono de prudencia que refleja no solo estadísticas, sino la percepción generalizada de incertidumbre.

En las oficinas de pequeñas y medianas empresas, la conversación se repite: “¿Conviene invertir? ¿Habrá estabilidad?”. Y aunque cada rubro económico tiene sus propios desafíos, los analistas coinciden en que el país atraviesa un momento crucial donde gobernanza, seguridad y política económica pesan más que nunca sobre las proyecciones.

Previsiones a la baja: panorama del crecimiento económico

El Banco de México informó que la expectativa de crecimiento del PIB para 2025 cayó de 0.5% a 0.4%. Aunque parece un ajuste marginal, para los especialistas representa una señal clara: la economía podría avanzar más lentamente de lo previsto. Para 2026, la previsión también descendió de 1.4% a 1.37%.

Estas estimaciones provienen de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, una herramienta que analiza los riesgos percibidos y la confianza empresarial. En medio del informe, la palabra que más se repite es “incertidumbre”.

A mitad de esta narrativa, el crecimiento económico vuelve a colocarse en el centro del debate. Aunque no se espera una recesión, sí se percibe una desaceleración alimentada por factores internos y externos.

Obstáculos: inseguridad, gobernanza y mercado interno débil

La encuesta del Banxico detalla los principales riesgos para la actividad económica en los próximos meses. Los analistas señalan tres categorías clave:

• Gobernanza: fallas en el estado de derecho, impunidad, falta de cambio estructural.
  
• Condiciones económicas internas: debilidad del mercado interno, disminución de la inversión privada, incertidumbre sobre políticas gubernamentales.
  
• Condiciones externas: volatilidad global, políticas comerciales internacionales y tensiones geopolíticas.
  

En particular, la inseguridad pública continúa siendo uno de los factores más graves para la toma de decisiones empresariales. Para muchos negocios, operar en zonas con altos índices delictivos limita la expansión, eleva los costos y reduce la inversión.

La corrupción y la impunidad también figuran entre los riesgos más mencionados. Esto no solo afecta la percepción global del país, sino que frena proyectos de inversión y deteriora el ambiente competitivo.

Clima de negocios: confianza dividida

Uno de los datos más reveladores es el referente al clima de negocios en los próximos seis meses:

• 29% de los analistas cree que mejorará.
  
• 51% considera que se mantendrá igual.
  
• 20% anticipa un deterioro.
  

Aunque una parte del sector privado mantiene expectativas positivas, la mitad del mercado no prevé cambios significativos. Este inmovilismo afecta sectores como manufactura, servicios, construcción e innovación tecnológica, que dependen de señales claras para planear inversiones de mediano y largo plazo.

Además, solo 2% de los encuestados considera que este sea “un buen momento para invertir”. Un número crítico que evidencia el grado de cautela que predomina en la economía mexicana.

¿Está mejor la economía que hace un año? La percepción dice que no

La encuesta también preguntó si la economía estaba mejor que hace 12 meses. La respuesta es contundente:

• 7%: sí está mejor.
  
• 93%: no está mejor.
  

Este dato resume una parte significativa del sentimiento económico nacional: aun cuando algunos indicadores macroeconómicos se mantienen estables, la sensación general entre empresas, trabajadores y especialistas es de estancamiento.

¿Qué implican estas expectativas para México?

La reducción del pronóstico de crecimiento económico no significa necesariamente una crisis, pero sí señala:

• Menor creación de empleos.
  
• Menos inversión nacional y extranjera.
  
• Mayores costos y menor actividad en sectores clave.
  
• Posibles ajustes fiscales y presupuestarios.
  

En un contexto donde la confianza empresarial es determinante, cada décima de crecimiento importa.

El reto del crecimiento económico

México inicia un periodo en el que el crecimiento económico depende no solo del desempeño global, sino de decisiones internas urgentes: mejorar la seguridad, fortalecer el estado de derecho, combatir la corrupción y fomentar condiciones reales para la inversión.

Y mientras los analistas ajustan sus previsiones, el país mira hacia adelante buscando claridad en un entorno que exige estrategia, estabilidad y visión de largo plazo. Solo así podrá revertirse la tendencia y cerrar este ciclo con un crecimiento económico sostenible y confiable.