Cuando la FIFA implementó el sistema de Asistencia Arbitral por Video (VAR) en 2018, el objetivo era claro: reducir los errores humanos y garantizar decisiones más justas en el fútbol. Era un paso revolucionario para un deporte que siempre ha convivido con la subjetividad de las decisiones arbitrales y las inevitables polémicas en el terreno de juego.
Sin embargo, cinco años después, el VAR ha dividido opiniones. Aunque ha sido crucial para resolver jugadas milimétricas y decisiones complejas, su inconsistencia y la falta de criterios claros han generado una ola de críticas por parte de aficionados, jugadores y comentaristas.
El Mundial de Qatar 2022: un foco de controversias
El Mundial de Qatar 2022 fue uno de los torneos donde más se utilizó el VAR. Sin embargo, también estuvo marcado por una serie de acusaciones de supuesto favoritismo hacia Argentina, la selección que terminó coronándose campeona.
Uno de los puntos más criticados fue la cantidad de penaltis otorgados a los argentinos, algo que desató especulaciones sobre si la FIFA manipuló las decisiones del VAR para beneficiar a Lionel Messi y garantizarle su primer Mundial.
Aunque estas afirmaciones no se basan en pruebas concretas, reflejan una realidad preocupante: la percepción de los aficionados sobre el VAR depende en gran medida del equipo beneficiado o perjudicado. Si bien el objetivo del sistema es impartir justicia, la falta de claridad en los criterios utilizados ha alimentado teorías de conspiración y descontento generalizado.
El caso reciente: Getafe vs. Barcelona y la inconsistencia arbitral
El pasado fin de semana, el encuentro entre el Getafe y el FC Barcelona se convirtió en el centro de atención por dos decisiones polémicas en las que el VAR no intervino:
- Un penalti no señalado a Jules Koundé:
En el minuto 80, el jugador del Getafe Christantus Uche obstruyó claramente al defensa azulgrana dentro del área. Sin embargo, ni el árbitro central ni el VAR consideraron necesario revisar la jugada. - La agresión de Alejandro Balde:
Poco después, una provocación de Ismael Bekhoucha llevó a Alejandro Balde a responder con una cachetada. De nuevo, el árbitro no sancionó la jugada ni recurrió al VAR, a pesar de que las cámaras captaron el incidente con claridad.
Estas decisiones reavivaron las comparaciones entre casos similares que han sido juzgados de manera diferente en el pasado. Por ejemplo, los aficionados del Real Madrid criticaron que Balde no fuera expulsado, mientras que Vinícius Jr. fue sancionado en una situación similar. Por su parte, los seguidores del Barcelona argumentaron que el penalti a Koundé debería haberse señalado, recordando otras jugadas que sí beneficiaron al Real Madrid.
¿El problema es el VAR o los árbitros?
Lo ocurrido en el Getafe vs. Barcelona pone en evidencia que el problema no es necesariamente la tecnología, sino la inconsistencia en los criterios arbitrales y la falta de voluntad para utilizar el VAR en momentos decisivos.
El VAR, como herramienta, no puede tomar decisiones por sí mismo. Su efectividad depende de cómo los árbitros lo utilicen y de los lineamientos claros que los respalden. En casos como el de este partido, la ausencia de una revisión genera más dudas y alimenta las teorías de favoritismo.
El impacto en la percepción de los aficionados
Los aficionados no solo quieren justicia, sino también transparencia y consistencia. Cuando el VAR se utiliza de manera desigual o cuando no interviene en jugadas claras, la credibilidad del sistema se ve comprometida.
Esto ha llevado a muchos a cuestionar si el VAR está siendo utilizado para beneficiar a ciertos equipos en lugar de garantizar un campo de juego nivelado para todos. La falta de explicaciones públicas por parte de los árbitros después de decisiones polémicas también contribuye a este sentimiento de desconfianza.
¿Cómo puede mejorar el VAR?
Para que el VAR cumpla con su propósito inicial, es necesario realizar ajustes significativos:
- Criterios unificados y transparentes:
Las reglas deben ser claras y aplicarse de manera consistente en todas las competiciones y situaciones. - Mayor intervención en jugadas polémicas:
El VAR debe utilizarse en todas las jugadas que puedan influir directamente en el resultado de un partido, como penaltis y agresiones. - Comunicación con el público:
Al igual que en otros deportes como el rugby o el fútbol americano, los árbitros podrían explicar sus decisiones en tiempo real para que los aficionados entiendan el razonamiento detrás de cada fallo. - Capacitación constante para los árbitros:
Los árbitros necesitan formación continua para adaptarse a los cambios en el reglamento y utilizar el VAR de manera efectiva.
El futuro del VAR: ¿justicia o polémica eterna?
El VAR tiene el potencial de transformar el fútbol, pero su éxito dependerá de cómo se implemente y utilice. Mientras los criterios sigan siendo ambiguos y las decisiones arbitrales generen dudas, la tecnología será vista como un problema en lugar de una solución.
Es responsabilidad de las federaciones y organismos futbolísticos garantizar que el VAR no sea solo una herramienta de apoyo, sino una herramienta de confianza para todos los involucrados en el deporte.
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