A pesar de los avances científicos y los esfuerzos globales, millones de niños en el mundo aún no reciben vacunas básicas. La OMS y UNICEF advierten sobre el riesgo creciente de brotes que podrían revertir décadas de progreso en salud pública.
La peligrosa brecha de inmunidad
El 15 de julio de 2025, la OMS y UNICEF emitieron un comunicado de prensa conjunto con datos preocupantes. A pesar de los esfuerzos, la cobertura de vacunación de rutina a nivel mundial se ha mantenido estancada. El informe destaca que, aunque se han visto algunas mejoras desde la caída drástica durante la pandemia de COVID-19, más de 14 millones de bebés en el mundo no recibieron ninguna vacuna en 2024 (los llamados «niños de cero dosis»).
Esta «alerta ignorada» es un caldo de cultivo para brotes de enfermedades que se consideraban en vías de control. La ciencia de la epidemiología es clara: para prevenir la propagación de virus altamente contagiosos como el sarampión, se necesita alcanzar y mantener una cobertura de vacunación superior al 95% en la comunidad, un concepto conocido como inmunidad de rebaño.
Un estudio de modelización publicado en The Lancet demostró cómo incluso pequeñas caídas en la cobertura de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) pueden llevar a un aumento exponencial en el número de casos y brotes a gran escala en los años siguientes.
¿Por qué no nos hemos recuperado? Las causas científicas
Los expertos de la OMS y UNICEF señalan una «policrisis» de factores que impiden la recuperación de los programas de inmunización:
- Desinformación y Hesitación Vacunal: La propagación de mitos y desinformación sobre la seguridad de las vacunas, amplificada por las redes sociales, ha erosionado la confianza del público. Esto a pesar de que la seguridad y eficacia de las vacunas infantiles están respaldadas por décadas de evidencia científica abrumadora.
- Sistemas de Salud Sobrecargados: En muchos países, los sistemas de salud todavía luchan con los recursos limitados post-pandemia, lo que dificulta la organización de campañas de vacunación masivas y el seguimiento de los niños no vacunados.
- Conflictos y Crisis Humanitarias: Los conflictos armados y los desastres naturales interrumpen las cadenas de suministro de vacunas y desplazan a las poblaciones, haciendo casi imposible mantener los programas de inmunización.
- Falsa Sensación de Seguridad: El éxito pasado de las vacunas ha llevado a que muchas personas nunca hayan visto un caso de polio, difteria o sarampión, subestimando la gravedad de estas enfermedades.
El ejemplo del Sarampión: Un canario en la mina de carbón
La OMS utiliza el sarampión como un «marcador» o sistema de alerta temprana para problemas en la cobertura de vacunación, debido a su extrema contagiosidad. Los datos del informe muestran un aumento preocupante en los brotes de sarampión en varias regiones del mundo.
Un artículo en el New England Journal of Medicine reitera los peligros del sarampión: no solo causa una erupción cutánea y fiebre, sino que puede llevar a complicaciones graves como neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro que puede causar daño cerebral permanente) y la muerte. Además, el virus del sarampión provoca una «amnesia inmunológica», eliminando la memoria del sistema inmunitario a otras enfermedades, lo que deja a los niños vulnerables a todo tipo de infecciones durante meses o incluso años después de la recuperación.
La conclusión del informe de la OMS y UNICEF es un llamado a la acción urgente. Reconstruir la confianza en las vacunas, fortalecer los sistemas de atención primaria y llegar a cada niño son tareas críticas. La ciencia es inequívoca: las vacunas son una de las intervenciones de salud pública más seguras y efectivas de la historia. Ignorar esta alerta pone en riesgo los logros de décadas y la vida de los más vulnerables.


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