México frente a la epidemia de obesidad
La obesidad en México se ha convertido en una de las mayores crisis de salud pública de las últimas décadas. Más del 70 por ciento de los adultos vive con sobrepeso u obesidad, una condición que en apenas veinte años aumentó en un 78 por ciento. La transformación de los hábitos alimenticios, el incremento en el consumo de harinas y refrescos, junto con el sedentarismo impuesto por la vida urbana, han creado un escenario alarmante.
Cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes
Durante décadas, la cirugía bariátrica ha sido el recurso para quienes no logran controlar su peso con dieta o actividad física. Sin embargo, apenas entre uno y dos por ciento de los afectados recurre a ella debido a los riesgos asociados. Muchos pacientes quedan fuera de la posibilidad de recibir ayuda médica por condiciones cardiovasculares o antecedentes quirúrgicos que los hacen no aptos para una operación tradicional.
Una nueva alternativa: la gastroplastía endoscópica
En este panorama surge la innovación médica. La gastroplastía endoscópica, una técnica de mínima invasión, promete una solución efectiva y segura. El procedimiento consiste en introducir un dispositivo con cámara por la boca hasta llegar al estómago, donde se realizan suturas internas que reducen hasta en un 80 por ciento el tamaño del órgano. De esta manera, se modifica su anatomía y movimiento, lo que ayuda al paciente a comer menos y perder peso de forma sostenida.
Ventajas de un procedimiento ambulatorio
A diferencia de la cirugía bariátrica convencional, la gastroplastía endoscópica es un procedimiento ambulatorio. Los pacientes suelen retomar sus actividades en dos o tres días, lo que representa una recuperación rápida y menos traumática. Rodrigo Aceves y Carlos Valenzuela, dos de los 24 especialistas certificados en México, explican que adolescentes, adultos y personas mayores de hasta 75 años pueden ser candidatos, incluso aquellos con condiciones de riesgo que los excluyen de la cirugía tradicional.
Más allá del bisturí: un reto social y económico
La obesidad no solo está ligada a la alimentación y al sedentarismo. Factores emocionales como el estrés, la ansiedad y la depresión influyen directamente en el aumento de peso. A ello se suman los aspectos económicos: en muchos casos resulta más barato comer alimentos ultraprocesados que optar por una dieta balanceada. El problema, entonces, no es solo médico, sino social y cultural.
Políticas públicas para enfrentar la obesidad
En los últimos años, México ha implementado medidas para frenar esta epidemia. Entre ellas destacan el impuesto a las bebidas azucaradas y la prohibición de refrescos y golosinas en escuelas. Estas políticas buscan reducir el consumo de productos dañinos, pero la magnitud del problema requiere también innovación en los tratamientos médicos y acceso a procedimientos como la gastroplastía endoscópica.
Innovación y esperanza para el futuro
La llegada de esta técnica representa un rayo de esperanza para miles de mexicanos que enfrentan la obesidad como una carga diaria. Su carácter mínimamente invasivo y su rápida recuperación la convierten en una alternativa real para quienes buscan mejorar su salud y calidad de vida. Con más especialistas certificados y un mayor acceso al procedimiento, México podría dar un paso significativo en la lucha contra una enfermedad que afecta a millones.


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