Woody Allen, el eterno provocador del cine, regresa con «Un Golpe de Suerte en París», su filme número 50. Rodada completamente en francés, esta obra no solo marca un hito en su carrera, sino que también enfrenta los desafíos de un cineasta que sigue creando a sus 88 años, en medio de controversias y con un estilo inconfundible.
El eterno encanto de Woody Allen: cine, humanidad y deseo
Desde 1971, Allen ha filmado casi una película por año, desafiando a sus críticos y encantando a audiencias con historias que abordan las complejidades del ser humano. Con «Un Golpe de Suerte en París» (Coup de Chance), se adentra nuevamente en los temas que han definido su trayectoria:
- El amor prohibido.
- La obsesión por la suerte.
- Los celos y la ira.
- El deseo como motor de las decisiones humanas.
En esta ocasión, la ciudad luz se convierte en un personaje más, un escenario lleno de nostalgia, donde los protagonistas se debaten entre pasiones furtivas y secretos oscuros.
La trama: entre la pasión y el crimen
Fanny (Lou de Laâge), tras un matrimonio fallido, vive una vida aparentemente perfecta con su esposo Jean (Melvil Poupaud), un financiero enigmático con un pasado cuestionable. Pero la monotonía de su relación se rompe con la llegada de Alain (Niels Schneider), un antiguo compañero de escuela que despierta en Fanny emociones olvidadas.
Lo que comienza como un romance clandestino en las calles parisinas, pronto se convierte en un thriller psicológico donde la suerte y las decisiones cuestionables pondrán en jaque la estabilidad de todos los involucrados.
El legado de Allen y su salto al francés
Esta cinta no solo destaca por ser la primera rodada íntegramente en francés, sino también por su notable paralelismo con obras anteriores como Match Point. Sin embargo, a diferencia de aquel thriller intenso y sombrío, «Un Golpe de Suerte en París» ofrece una atmósfera más ligera, donde el jazz de Herbie Hancock acompaña las escenas con un tono casi juguetón.
Allen demuestra una vez más que, incluso en un idioma que no es el suyo, puede capturar la esencia de los deseos humanos con maestría.
¿Por qué ver «Un Golpe de Suerte en París»?
- La nostalgia cinematográfica: La fotografía de Vittorio Storaro revive los encuadres clásicos de las primeras películas de Allen.
- Un elenco excepcional: Lou de Laâge y Melvil Poupaud brillan con actuaciones que transmiten pasión y tensión en igual medida.
- La relevancia del azar: Allen aborda cómo la suerte define el curso de nuestras vidas, un tema recurrente en su filmografía.
Aunque algunos críticos podrían clasificarla como una obra menor, el cineasta neoyorquino entrega una película sólida que mantiene al espectador al borde de su asiento.
Woody Allen, más allá de las críticas
A sus 88 años, Woody Allen sigue desafiando las expectativas, creando historias que exploran lo más profundo de la naturaleza humana. «Un Golpe de Suerte en París» no es solo una celebración de su legado, sino también una prueba de que, pese a las controversias, Allen aún tiene mucho que decir.
Para quienes buscan una película que combine intriga, romance y reflexión, esta obra es un recordatorio de por qué Allen sigue siendo uno de los grandes nombres del cine.
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