Usar una pulsera roja, especialmente en la muñeca izquierda, se asocia con protección contra las malas energías y el mal de ojo.
Esta tradición tiene raíces en distintas culturas, como la Kabbalah judía, el hinduismo y algunas prácticas latinoamericanas, donde el color rojo simboliza fuerza, vitalidad y poder espiritual.
Se cree que la pulsera bloquea vibraciones negativas y atrae buena suerte, mientras que colocada en la mano izquierda —considerada el lado receptor del cuerpo— ayuda a absorber energía positiva y mantener alejadas influencias dañinas.
Origen y significado espiritual
En la Kabbalah, el hilo rojo representa la conexión con Raquel, una figura bíblica que protege a la humanidad. Usarla ayuda a canalizar energía de amor y compasión, brindando paz interior y equilibrio espiritual.
En la cultura hindú, el hilo rojo —conocido como kalava o mauli— se coloca durante ceremonias religiosas para invocar bendiciones divinas y proteger a quien lo porta de adversidades.
Hoy, la pulsera roja se ha convertido en un símbolo universal. Algunas personas la usan para atraer prosperidad, amor y éxito, mientras que otras la portan como recordatorio de mantener pensamientos positivos o de seguir metas con determinación.
Aunque existen versiones modernas hechas con cuero, cuentas o incluso oro, muchas personas prefieren el hilo tradicional, anudado con intención o bendecido por alguien especial.
Llevar una pulsera roja representa protección, fe y energía positiva. Más allá de la estética, este accesorio sigue siendo un amuleto cargado de significado que acompaña a quien lo porta en busca de equilibrio y buena fortuna.


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