Rafael Márquez y el llamado a la afición
La Selección Mexicana ya tiene la mira puesta en el Mundial 2026 y octubre marcará un paso clave en su preparación. Con partidos ante Colombia y Ecuador, el segundo en el estadio Akron de Guadalajara, Rafael Márquez, histórico ex capitán del Tri, subraya la importancia de la plaza tapatía como punto de unión entre jugadores y afición.
Con 46 años y la experiencia de haber jugado cuatro Copas del Mundo, Márquez revive recuerdos de su paso por el Atlas, club con el que debutó y donde cerró su carrera profesional. Para él, Guadalajara representa mucho más que un escenario deportivo: es un termómetro del sentir de la gente y un ensayo del ambiente que México quiere replicar en 2026.
Guadalajara, clave en el camino hacia 2026
El estadio Akron será sede de cuatro partidos del Mundial, y por ello el duelo ante Ecuador toma un significado especial. Márquez lo describe como una oportunidad para que los seleccionados se adapten a un entorno parecido al que enfrentarán en la justa internacional.
“Guadalajara siempre ha sido una plaza importante”, afirmó Márquez. “Queremos ganarnos la confianza del público desde estos momentos. Ojalá la gente responda y venga al estadio”.
La fuerza de la afición mexicana
El ex capitán recordó que el factor humano puede marcar la diferencia en partidos de alto nivel. Según Márquez, tener a la afición de su lado será vital para que México sienta el impulso emocional necesario en 2026.
“Una parte importante de la participación de México en el Mundial va a ser nuestra gente. Que los rivales sientan lo que el pueblo y la afición nos pueden aportar”, enfatizó.
Colombia y Ecuador, pruebas de fuego
Los duelos de octubre no solo representan partidos de preparación; son escenarios para probar tácticas, medir niveles de exigencia y, sobre todo, consolidar una identidad que el Tri necesitará en 2026. Tanto Colombia como Ecuador llegan con planteles jóvenes y competitivos, lo que permitirá un ensayo de alto nivel para el equipo mexicano.
La visión de Márquez
Más allá del análisis deportivo, Márquez apunta a algo más profundo: la conexión con la afición. Para él, el futbol mexicano no puede concebirse sin la pasión de su gente, y Guadalajara tiene la oportunidad de encender esa chispa rumbo a la Copa del Mundo.
Su mensaje es claro: el estadio Akron debe convertirse en un fortín donde México se sienta acompañado, respaldado y motivado desde la grada hasta la cancha.


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