¿Te preguntas por qué los jóvenes se visten con ropa que parece «fea»? No es casualidad. Es una rebelión cultural contra la estética perfecta de los Millennials. Desvelamos las claves psicológicas detrás de la tendencia que define a una generación.
Si eres Millennial, es probable que en algún momento te hayas preguntado por qué la Generación Z parece abrazar con tanto entusiasmo tendencias de moda que, bajo los códigos estéticos de la década pasada, serían consideradas «feas». Desde los omnipresentes Crocs y los aparatosos ‘dad sneakers’ hasta los pantalones holgados y las combinaciones de colores discordantes, la estética de los más jóvenes parece desafiar todo lo que los Millennials perfeccionaron: los skinny jeans, los filtros de Instagram y una imagen cuidadosamente curada.
Este choque generacional no es un mero capricho. La llamada «ugly fashion» o «moda fea» es un fenómeno con profundas raíces psicológicas y culturales. No se trata de una falta de gusto, sino de una declaración de principios deliberada y una rebelión contra la era de la perfección digital.
Rebelión contra el ‘filtro’ Millennial: La búsqueda de la autenticidad
Para entender la moda de la Gen Z, primero hay que entender contra qué reacciona. Los Millennials crecieron y maduraron a la par de las redes sociales, convirtiendo plataformas como Instagram en un escaparate para una vida aspiracional y pulida. La estética dominante era la perfección: fotos impecables, cuerpos normativos y una presentación de la vida sin fisuras.
La «moda fea» es una respuesta directa y contundente a esa presión. La Gen Z, que creció inmersa en un mundo digital ya establecido, desarrolló una especie de anticuerpo contra la inautenticidad. Su estética se alinea más con el llamado «Internet Ugly»: un estilo deliberadamente amateur, a menudo grotesco y anti-autoritario, que es la base del lenguaje de los memes. En este contexto, los Crocs no son solo zapatos; son «memes andantes», un símbolo de autenticidad y humor que se contrapone a la seriedad corporativa y la perfección artificial de la era influencer.
El confort es el nuevo lujo: El legado de la pandemia
La pandemia de COVID-19 actuó como un catalizador masivo para esta tendencia. Los confinamientos globales forzaron un replanteamiento de las prioridades, y la comodidad se impuso sobre la formalidad. En tiempos de estrés e incertidumbre, los consumidores tienden a buscar consuelo en lo práctico y alegre.
«En tiempos de estrés e incertidumbre, los consumidores parecen querer comodidad […] Todo era tan pesado y aterrador, que se sentía bien darse un gusto con algo alegre y barato, pero también práctico y cómodo.» – Adrian Holloway, Gerente General de Crocs, para Vogue.
Esta necesidad de confort no desapareció con el fin de los confinamientos. Se integró en la psique colectiva de una generación que vivió momentos cruciales de su desarrollo social en un estado de ansiedad y encierro. La ropa holgada, los zapatos sin complicaciones y los tejidos suaves dejaron de ser una opción para convertirse en la norma, un uniforme para una era post-traumática que valora el bienestar por encima de la apariencia.
El poder de la ironía y la exclusividad
La «moda fea» no es solo una cuestión de comodidad o autenticidad; también es un sofisticado juego de estatus. Investigaciones académicas han identificado el fenómeno del «ugly luxury premium» (la prima del lujo feo). Este concepto sostiene que los artículos deliberadamente feos de marcas de lujo son percibidos como más vanguardistas y exclusivos.
La lógica es la siguiente: un producto convencionalmente bello puede ser deseado por su estética, pero un producto «horriblemente, inolvidablemente feo» de una marca de lujo sugiere que su portador no lo eligió por su belleza, sino por su conocimiento de las tendencias y su capacidad para trascender las normas convencionales. La fealdad se convierte en una señal de que se está «in the know», un código que solo entienden los iniciados. Es una forma de diferenciación que rechaza el gusto de las masas y celebra la individualidad y la ironía.
No es feo, es una ‘vibe’
En última instancia, el conflicto de moda entre Millennials y Gen Z no se trata de prendas específicas, sino de un cambio fundamental de valores, un «vibe shift» cultural.
- La era Millennial fue definida por la aspiración. La moda y las redes sociales eran herramientas para proyectar una versión idealizada de uno mismo, para mostrar una vida perfecta.
- La era de la Gen Z está definida por la autenticidad y la ironía. La moda y las redes son herramientas para expresar una identidad real, caótica y a menudo humorística, que no teme mostrar sus imperfecciones.
La «moda fea» es el uniforme de este nuevo sistema de valores. No es una falta de estética, sino una estética diferente que prioriza la comodidad personal, la expresión auténtica y la rebelión irónica contra un mundo digital que, durante demasiado tiempo, exigió una perfección inalcanzable. No es que no les importe cómo se ven; es que han decidido que verse «bien» ya no significa verse «perfecto».


TE PODRÍA INTERESAR